La música góspel, a diferencia de los himnos cristianos, es de carácter ligero en cuanto a las composiciones, pero está llena de emotividad y sentimiento; una muestra de la profundidad de este estilo se presentó en el Auditorio Blas Galindo, del Centro Nacional de las Artes, la noche de este 24 de enero.

Gospel and spiritual, Oh Lord, I wanna be in that Numbre! es el nombre de este recital que contó con la participación de Aquiles Morales como director y la interpretación del Coro de Jóvenes de la Escuela Superior de Música, así como de los solistas de las Academias de Canto y de Jazz de la Escuela Superior Música.

La palabra gospel se deriva del vocablo anglosajón godspell, que se puede traducir al español como palabra de Dios, así que la aspiración de estas composiciones, en su mayoría anónimas, es la de estimular el espíritu y la conciencia de quien la interpreta y la escucha.

Las letras suelen reflejar los valores de la vida cristiana, pero lejos de las referencias religiosas es un modo de interpretación que provoca una aguda exaltación de los sentimientos, en particular si se logra un elevado nivel de interpretación como lo hicieron los cantantes en esta ocasión.

El programa incluyó temas provenientes de composiciones como Porgy and Bess -Introducción. Summertime; Introducción Acto II. It ain’t necessarily so-, Go Down Moses, Deep River, Oh Happy Day, When the Saints Go Marching In, Amazing Grace, Great Gettin’ Up Morning, Hold On, Let Us Break Bread Together; Wade in the Water, Scandalized my Name, Steal Away, I’ve Got a Shoes, Elijah Rock, y Oh Lord, I’m on my way.

Fue un repertorio diverso y representativo de lo más popular e intenso del gospel, que el público premió con constantes aplausos, además de acompañar a los intérpretes con breves coros, algo que provocó que los cantantes incrementaran la fuerza con que participaban. Se generó entonces un estado de comunión entre unos y otros.

La potencia característica de este género musical llenó la sala Blas Galindo, en una presentación marcada por un ambiente emotivo, que puso de manifiesto también cómo la voz humana sigue siendo el instrumento mejor dotado para alcanzar estados de profunda reflexión o bien, como ocurrió en este concierto, de gran alegría.

Información: JRA

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