En el libro La generación Z y otros ensayos, de Alberto Chimal, la letra hace referencia a los zombies más que a cualquier conocido grupo armado, asociado desde luego al narcotráfico, aclaró el autor en la presentación de su más reciente texto, editado en la colección El Centauro, de la Dirección General de Publicaciones del Conaculta.

En el evento participaron los también escritores Eduardo Huchín, Verónica Murguia y Armando Gutiérrez Torres, con la participación de Alberto Cue como moderador; el primero de ellos señaló que si bien el libro comienza con un texto sobre el significado actual de dichos personajes, que él ha agrupado con esta acepción, el resto de los ensayos incluidos resaltan la posibilidad de hacer una lectura distinta de autores considerados clásicos.

Huchín empleó como ejemplo el caso que se refiere a Gabriel García Márquez, “del cual Chimal resalta las lecturas fallidas que se han hecho de su obra, para poner en evidencia que no es válida la suposición de que por tratarse de un premio Nobel de Literatura, necesariamente debe tomarse distancia respecto a la imaginación desbordada.

“Lo que el autor ve y comparte con el lector en este nuevo libro, es que la visión política que todo mundo ve en los libros del escritor colombiano, es inseparable de postura crítica; otro elemento que me parece destaca en este trabajo, se refiere  la vieja pugna entre la realidad y la imaginación, es más bien un mal entendido y que esas frases que sentencian que la realidad supera a la ficción, se olvidan de que la imaginación y la fantasía son parte de la realidad”.

Huchín continuó para resaltar que la realidad está construída con no pocos artilugios provenientes de la imaginación, por ello, la imaginación fantástica propone en sus puntos más altos una aguda crítica a ese mundo, para poner en duda y generar una crítica a aquello que consideramos como “normal”.

De esta manera, Chimal provoca que el lector descubra que los grandes autores de lo fantástico, lo que hacen es generar una lectura mucho más amplia del mundo que nos rodea, desde el mundo de lo fantástico y de la imaginación.

“Lo que hace el autor con estos ensayos, es poner en perspectiva algunos de los lugares comunes que existen en torno a la literatura, sino explorar su pasiones y defenderlas; por ello los autores que aparecen en este volumen, Leopoldo María Panero, Edgar Alan Poe, Aleister Crowley o Edward Gorey, son todo menos unos tipos adustos y aburridos.

“Son visionarios y una muestra de cómo Chimal prefiere evitar las zonas seguras, son ellos y los temas que le apasionan –la ficción breve, la tecnología, el cuento mutante–, su manera de tocar lo otro real de la literatura, aquello que pone en crisis nuestros presupuestos acerca de lo que somos y de lo que podrían ser los cánones que seguimos. En lugar de adoctrinar, sus ensayos buscan persuadir”, concluyó Huchín.

Mientras que Chimal dijo que la idea de estos ensayos es la de aportar una visión más amplia de la vida y producción literaria de los autores incluidos, “por ejemplo, está el caso de Edgar Alan Poe, de quien se creó el estereotipo de que sólo era un alcohólico, drogadicto y antisocial, que logró escribir a pesar de ello buenos cuentos.

“Pero él, al igual que otros, era mucho más que eso y esa otra perspectiva es la que me interesa compartir con el lector; otro ejemplo es la obra de Edward Gorey, de quien Tim Burton ha tomado los elementos que le han hecho famoso; su libro Los pequeños macabros, es un abecedario para niños, ilustrado con dibujos de asesinatos de pequeños, lleno de macabros de detalles, ha provocado que su obra sea difícil de conseguir, pero que está llena de imaginación y crítica social”.

Acerca del título de su libro, La generación Z, Chimal destacó que se refiere a una de varias acepciones que tiene en la actualidad la palabra zombi, “algo que se me ocurrió cuando al comenzar este siglo, muchos de mis contemporáneos, tuvieron que cambiar radicalmente sus profesiones para poder seguir trabajando, es decir, murieron en un sentido y volvieron a renacer.

“Pero en su caso, más que buscar succionar los cerebros de otros, lo que hicieron fue reinterpretar sus propios proyectos literarios, abrirse a otras formas de la misma propuesta, para resurgir convertidos en otra cosa; desde luego, nada tiene qué ver con la manera en que la televisión o el cine, que siempre presenta a los sobrevivientes como unos modelos disfrazados de mugrosos y a los zombies como si fueran gente pobre; así que estos ensayos buscan compartir esas visiones alternas de una literatura poco difundida. Espero lo disfruten”.

Información: JRA