Ya no está entre nosotros, pienso que tal vez continúa su viaje en el universo paralelo del juego del que tanto nos hablaba. Mireya nos deja motivos de sobra para voltear a ver su vida y celebrarla, expresó Susana Ríos Szalay, amiga entrañable de la escritora, dramaturga y marionetista Mireya Cueto (Ciudad de México, 3 de febrero, 1922) fallecida este viernes 26 de abril a las 9:00 horas en la Ciudad de México a causa de un derrame cerebral.

La coordinadora nacional de Desarrollo Cultural Infantil, Alas y Raíces del Conaculta, Susana Ríos Szalay, destacó que Mireya Cueto fue una mujer de enorme cultura e inteligencia que deja en México un extenso legado como escritora, dramaturga y realizadora de obras de teatro de títeres.

“Fue una mujer multifacética, sabia, generosa, vital, maestra en el arte de vivir y entrañable amiga que se caracterizaba por la agudeza de sus comentarios, un desparpajo natural y un sentido del humor que siempre salía a colación en una plática con ella. Conocer a Mireya y trabajar con ella fue un gran regalo de la vida para mí”, relató la coordinadora nacional de Desarrollo Cultural Infantil, Alas y Raíces del Conaculta.

Para Ríos Szalay, Mireya Cueto no sólo fue una gran maestra en el arte de los títeres –una tradición que heredó de sus padres, Lola y Germán Cueto, artistas plásticos con una importante trayectoria– sino también una excelsa guionista de programas infantiles, de radio y televisión; una gran lectora de los clásicos y una escritora ambulante sobre los más diversos temas, que igual escribía en la “pesera”, que en el avión, el metro o el tren.

“También fue colaboradora de Tiempo de Niños, un periodiquito que se encartó en los principales periódicos de circulación nacional y de los estados allá por los años ochenta y noventa, en cuyas páginas se publicaron los textos que Mireya escribió para los niños con la agudeza, desenfado y sentido del humor que la caracterizaba”.

Susana Ríos Szalay recordó las tardes de pláticas amenas con la escritora y dramaturga, en su troje, “un lugar mágico donde ella tenía algunos de los más hermosos títeres que hizo. Ahí conversábamos de muchos temas, por ejemplo, la cultura del Islam y de citas de Cervantes. Eran charlas interesantes en donde ella bromeaba, casi siempre, de que se consideraba la viuda del Quijote o de Cervantes”.

La coordinadora nacional de Desarrollo Cultural Infantil, Alas y Raíces del Conaculta detalló que Mireya Cueto era una gran conversadora que abordaba los más diversos temas de su niñez, de cuando veía trabajar a sus padres artistas y de cómo aprendió junto a ellos a pintar y hacer títeres. “Lo mismo hablaba de sus viajes, de los libros leídos y sus amores, entre los cuales estaban los niños, pero también de cómo ella pensaba que teníamos que ofrecer a los niños lo mejor de lo mejor para que ellos tuvieran que hacer, qué leer, qué aprender o en qué participar”.

Finalmente al preguntarle cuáles considera que fueron las obras destacadas de Mireya Cueto, Ríos Szalay dijo que Perséfone como dramaturga y La cigarra, la hormiga y el chapulín como escritora, ambas obras dedicadas a los niños.

“Trabajo en varias vertientes –agregó– y su gran aportación es en el ámbito del arte de los títeres, las obras que ella concibió, escribió y realizó, algunas como becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). También hizo aportaciones importantes en sus programas de radio, principalmente por su adaptación de El Quijote para niños, y su trabajo para la televisión.

“Ella le escribió a los niños de temas muy diversos, lo mismo podía hacer sobre la importancia de la salud dental, donde solamente ella era capaz de relacionar ese tema con algún capítulo de El Quijote o hablar sobre el juego, la lluvia o cualquier otro tópico, porque tenía una enorme agilidad y conocimientos para hablar de temas muy diferentes”, concluyó la funcionaria y amiga de Mireya Cueto.

Mireya Cueto recibió en febrero de 2012 la Medalla Bellas Artes y un homenaje en reconocimiento a 70 años de trayectoria en la docencia, la creación, y por su contribución a la difusión del teatro de títeres en nuestro país. La dramaturga es considerada la Embajadora de México en el Arte de los Títeres.

En 2001 Conaculta honró a Mireya Cueto al dar su nombre al Festival Nacional de Títeres. La dramaturga contribuyó con su labor a la consolidación de instituciones como la Unión Internacional de la Marioneta (Unima)- México, el Centro de Teatro Infantil, el Programa de Teatro Escolar del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Taller Escuela de Teatro y Literatura Infantil el (TETLI) de la SEP, Tiempo de Niños, el Programa Alas y Raíces a los Niños de Conaculta, el Museo Nacional del Títere Rosete Aranda, la Escuela Latinoamericana del Arte de los Títeres en Huamantla, Tlaxcala, en donde también se le rindió homenaje al nombrarla Presidenta del Consejo Académico de la Escuela.

Información: LCL

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