Al dar a conocer los pormenores de la participación de México en la 55 Exposición Internacional de La Bienal de Venecia, María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, anunció que la pieza Cordiox, del artista Ariel Guzik, representará a nuestro país en la muestra  que se presentará del 1 de junio al 24 de noviembre en la antigua iglesia de San Lorenzo.

“Nuevamente Venecia vuelve a ser el centro del arte internacional y es una magnífica oportunidad para proyectar la cultura de México con las propuestas más destacadas de nuestros artistas”, señaló la directora del INBA.

María Cristina García Cepeda recordó que México participó por primera vez en la Bienal en 1950, gracias al respaldo de Carlos Chávez, entonces director del INBA, quien llevó una importante exposición de 60 obras de autores como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo.

La titular del INBA dijo que la Bienal de Venecia ha crecido mucho desde su inicio en 1895 y hoy comprende de casi 17 mil metros cuadrados de exposición.

“Estamos muy entusiasmados de que la obra Cordiox, de Ariel Guzik, sea la que nos represente en este espacio. Se trata de una máquina de cuatro metros cuadrados que describe a través de sonoridades el espacio y su entorno, produciendo en el espectador una experiencia auditiva con sus 180 cuerdas distribuidas en tres arpas y un cilindro de cuarzos”, expuso María Cristina García Cepeda.

Acompañada por Xavier Guzmán Urriola, subdirector general de Patrimonio del INBA, la directora del organismo destacó que con esta exposición se refrenda el compromiso del Instituto Nacional de Bellas Artes por mostrar lo mejor de las expresiones artísticas de México en el mundo.

La curadora, Itala Schmelz, indicó que México viajará con las mejores cartas artísticas a la Bienal de Venecia, siendo la pieza Cordiox el resultado de un gran trabajo de investigación, armado y transportación, y que una vez instalada se convertirá para el público en una muestra de las investigaciones del laboratorio de resonancia que ha creado Ariel Guzik.

“La primera vez que vi los planos de Cordiox supe que me encontraba ante una gran maquinaria resultado de muchos años de trabajo, pero que además podría ser potenciada sonoramente en la antigua iglesia de San Lorenzo”, reveló Itala Schmelz.

La curadora aseguró que esta pieza se inserta en el gran interés que existe en la ciudad de Venecia por lo sonoro y la investigación musical, presentándose como un prototipo que apuesta por lo artesanal y que a la vez ha requerido grandes conocimientos de mecánica y electrónica, así como de física del sonido.

“Sin embargo, –precisó Itala Schmelz– prevalece en esta pieza un interés lúdico para mostrar al público las posibilidades del sonido. Estamos llevando a Venecia una criatura excepcional que tiene la capacidad de captar la energía que hay en el ambiente y la transforma en términos sonoros y armónicos.

La curadora describió que para los trabajos de embalaje y traslado se invirtieron varios días por tratarse de una pieza muy delicada, por lo que fue armada desde México de forma completamente artesanal y se montará en las próximas semanas en la sede de Venecia.

“No se podría haber creado esta pieza sin un trabajo de tres décadas de investigación que ha sido documentado también en un catálogo editado en México y que servirá como una herramienta de promoción paralela a la presencia del arte mexicano”, expuso Itala Schmelz.

El artista Ariel Guzik, en tanto, reveló que con su equipo de trabajo en el Laboratorio en Resonancia y Expresión de la Naturaleza se ha dedicado desde 1999 a investigar sobre los fenómenos sonoros como una convicción filosófica de rescatar esas señales sutiles y el encantamiento que existe en los sonidos.

"Vivimos en una época muy estridente donde los sonidos de la naturaleza están casi apagados, sin embargo hay esfuerzos para rescatar esos sonido que generamos y que nos invitan a soñar. Puedo decir que las características de Cordiox son tan sutiles desde el punto de vista acústico que asemejan un aleteo de mariposa”, describió el artista.

Ariel Guzik explicó que Cordiox está construida con un complejo sistema de cuerdas, cuarzos y sistemas de campos eléctricos y magnéticos que buscan atrapar a los asistentes en una experiencia personal con respecto al sonido que se propaga en su entorno.

“Estoy muy agradecido –expresó– con esta invitación para colocar esta obra en un lugar con tanta capacidad sonora como la antigua iglesia de San Lorenzo, donde sin duda el tímpano de cuarzo de esta pieza encontrará una gran caja de resonancia durante varios meses”.

Y agrego: “Cordioxes un acercamiento a la armonía y a la física de la resonancia, no es una máquina que se base en fuerza mecánica, sino que actúa más bien como un puente que aprovecha de forma sutil y lúdica los sonidos que se propagan a nuestro alrededor para trasladarlos al oído humano”.

Para mayores informes sobre la participación de México en la 55 Exposición Internacional de La Biennale di Venezia, consultar la página www.mexicobienal.org

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