Con billetes de un dólar y trozos de hoja de coca, el artista colombiano Miguel Ángel Rojas (Bogotá, Colombia, 1946) escribió en los muros del espacio de exposiciones de la Sala de Arte Público La Tallera, los nombres de capos del narcotráfico, así como de figuras públicas que han tenido problemas por el consumo de drogas.
 
“Se trata de una propuesta que nos habla de los dos polos de un mundo donde los intereses económicos y la mediatización han potenciado un fenómeno que afecta la imagen de países como Colombia y México”, afirmó el artista, durante el recorrido que realizó el miércoles 20 de junio con la presencia de Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez y María Cristina García Cepeda, directora del INBA.

 
Miguel Ángel Rojas explicó que para escribir el medio centenar de nombres recortó más de 4 mil dólares en efectivo, pero además importó legalmente hoja de coca para añadir una simbología más fuerte a su instalación, en la que también se incluye un escenario de arena y piedras con un muro intermedio que es atravesado por hormigas.
 
“Es una simbología sobre el tráfico que existe entre la frontera del tercer mundo al primer mundo. Cada hormiga carga una hoja de coca con las que forman una hilera que representa ese comercio de miles de millones de dólares”.
 
Comentó que los nombres y apodos de los capos del narcotráfico, tanto de Colombia como de México están escritos con los trozos de billetes de dólar, mientras que los de las celebridades con fragmentos circulares de hoja de coca.
 
Entre los nombres y alias que aparecen en la instalación se encuentran Sasha Sokol, P. Haza, Robert Downey, Kiefer Sutherland, Jim Morrison, Michael Jackson, así como capos como El Señor de los Cielos,Don Neto, El MensoEl Mata Amigos El Cochiloco.
 
“Quería ofrecer una metáfora de lo que significa en la actualidad el mercado y consumo de las drogas. Creo que muchas celebridades de las que hemos sabido a través de los medios de sus problemas de adicciones dan un ejemplo terrible sobre lo que realmente significa entrar a ese mundo”, expuso Miguel Ángel Rojas.
 
En la instalación figura también un juego de pequeñas máscaras, así como una guillotina gigantesca que prácticamente parte en dos secciones el espacio de exposiciones de La Tallera.

 
“En este sentido, la guillotina negra es una metáfora de los poderes que existen en nuestros países del tercer mundo, es decir, hay un lugar privilegiado donde se toman las decisiones, pasando la cuchilla sobre los intereses de la población y haciendo evidente que dentro del subdesarrollo también existe un primer mundo”, explicó el artista.
 
Finalmente, la curadora de la muestra, María Belén Sáez de Ibarra, dijo que esta instalación habla al espectador de un territorio de decepción en el que se muestra simbólicamente la devastación cultural, moral y de otras formas de vida que produce el llamado “camino corto”.
 
“Una frontera racial y cultural se erige como una amenazante pared que propicia el conflicto y el tráfico ilícito de personas, armas y drogas para el bien de la más alta entidad que hoy nos rige: el dinero, que castiga cualquier otra relación o diferencia cultural que en ese camino se interponga”, concluyó la curadora.

Información: HBL

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