Galería de Castas Mexicanas. Rostros de nuestro mestizaje es la nueva sala del Museo de Historia Mexicana que abre sus puertas este miércoles 28 de agosto con el objetivo de mostrar la colección de pintura de castas más importante y única en su género, que incluye obras de grandes pintores novohispanos.
El nuevo espacio alberga una colección de Lydia Sada de González, la cual es considerada un tesoro artístico e histórico, y fue cedida al Museo de Historia Mexicana en comodato.
La realización de esta Galería de Castas Mexicanas fue posible gracias a las aportaciones del Gobierno del Estado de Nuevo León, el Gobierno Federal a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y las empresas CYDSA, S.A.B. de C.V. y Vitro, S.A. de C.V. El espacio constituye además una de las modificaciones estructurales más importantes realizadas al museo.
La colección consta de 117 pinturas plasmadas por relevantes pintores novohispanos como: José Joaquín Magón, José de Páez, Andrés de Islas, Miguel Cabrera, Vicente Albán y Francisco Antonio Vallejo, quienes realizaron las obras maestras de catedrales y conventos, así como retratos de personajes de la corte. 
La pintura de castas es un género único en la historia del arte, las obras se localizan en diversas colecciones públicas y privadas de España, Francia, Austria, Estados Unidos, Puerto Rico, Argentina.

Crisol de razas

En la Nueva España, el término casta significaba “mezcla racial” y fue aplicado a la sociedad novohispana, por primera vez en el Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, escrito por Alejandro de Humboldt a fines del siglo XVIII. Sin embargo, no se sabe en qué fecha fue instituida la sociedad de castas y sólo se sabe que su abolición se dio en el Artículo 15 de la Constitución de Apatzingán, donde José María Morelos expresó la necesidad de construir una sociedad igualitaria e informaba que se proscribía para siempre “la distinción de castas quedando todos iguales”.
La sociedad de castas fue producto de la mentalidad del siglo XVIII, ante la necesidad de nombrar y clasificar a la población frente al crecimiento desbordado e incontrolable del mestizaje multirracial, donde los españoles peninsulares situaban el más encumbrado escaño y ocupaban los más altos cargos de la administración, la Iglesia, el Ejército y la magistratura. 
Esta clasificación separaba a la población en tres tipos básicos: indios, negros y blancos, de donde surgían tres grupos secundarios: mestizo, mulato y zambo. A partir de las combinaciones de estas castas se crearon complicadas clasificaciones y nomenclaturas.
Las mezclas raciales sucedidas en la Nueva España fueron complejas y variadas, a la convivencia entre indios y españoles, se sumaron otros grupos raciales como africanos, europeos o asiáticos que trajeron sus costumbres, indumentarias, alimentos, creencias y tradiciones, con lo que se produjo un mosaico cultural diverso e increíblemente rico y original. 
El nacimiento de la pintura de castas novohispanas se remonta a 1710, cuando el trigésimo quinto virrey de la Nueva España, Fernando de Alencastre Noroña y Silva, duque de Linares, quiso dar a conocer al rey Felipe V y su corte las mezclas raciales de la Nueva España a través de una serie de 16 pinturas que le encargó a Juan Rodríguez Juárez, uno de los más notables pintores de la época.
Estas “curiosidades americanas” o “pinturas costumbristas” se exhibieron por primera vez en 1881en la Exposición Americanista de Madrid. Desde entonces estas pinturas sirven a los historiadores y estudiosos del tema como un insustituible y valioso documento para la explorar y conocer la sociedad y cultura novohispana.
Estos retratos son una especie de postales novohispanas que ilustran la variedad racial en el nuevo mundo y muestran las riquezas culturales, ocupaciones y oficios de la época; las modas y los textiles; pasatiempos y lecturas; la diversidad de la flora y fauna de la Nueva España; los espacios habitacionales privados y espacios públicos; y los aspectos sociales  de la convivencia de las familias.
En la estructura básica de un cuadro de castas se representa siempre –como lo describe Efraín Castro– “a una pareja, hombre y mujer, pertenecientes cada uno a un supuesto grupo racial, siempre acompañados de su hijo, todos vistiendo diversos tipos de indumentaria que supuestamente también los caracterizaba social y racialmente, con fondos algunas veces vinculados al trabajo que desempeñaban y siempre con textos alusivos a las designaciones que recibían los individuos pintados dentro de una complicada clasificación racial”.
Es posible que a través de la pintura los novohispanos buscaran contemplar y entender su sociedad, y hoy en el siglo XXI estas obras permiten a la sociedad contemporánea conocer a sus ancestros y comprender la evolución del proceso de mestizaje que hace de México un país multicultural. 
El público podrá conocer esta nueva sala a partir de este miércoles 28 de agosto. Las personas interesadas en mayor información se pueden comunicar al 20339860 o a través de las redes sociales Facebook y Twitter.

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