Luego de observar 28 pinturas el escritor Marco Antonio Cuevas anotó sus sensaciones e ideas. Estas notas las utilizó como elemento base para crear primeros bocetos de los poemas que integran Espejo negro y realizó una exhaustiva búsqueda de información de la pintura y de su autor. 
Este fue el proceso creativo que Marco Antonio Cuevas desarrolló para escribir Espejo negro, un libro que definido por el autor es un poemario sobre el aprendizaje y la contemplación. 
“Un texto que busca continuar con una tradición literaria que relaciona poesía y pintura”. Su propuesta consiste en llevar más allá el grado de experimentación verbal y gráfica con que se enfrenta, desde la poesía, el fenómeno pictórico. 
“Los 28 poemas que lo integran buscan propiciar una mirada distinta sobre los artistas y los cuadros seleccionados, interesada no sólo en el registro de lo visto sino también en elaborar una reflexión alrededor del objeto pictórico”. 
Algunos de los cuadros de los que el poeta retoma elementos para crear sus obras son: Ojos cerrados, de Odilon Redon; El despertar del bosque, de Paul Delvaux; Sueño de la ciudad, de Paul Klee; Una ofrenda, de Georges Braque; El estudiante, de Agustín Lazo; La gran galaxia, de Rufino Tamayo; Juegos acuáticos, de Juan Soriano, y Tiempo y espacio, de Gunther Gerzso. 
“También –añadió el autor– recurrí a lecturas complementarias, ver películas y documentales sobre el pintor escogido y escribir una reseña de cada una. Rescribir los textos iniciales y elaborar diferentes versiones, a partir de las formas sugeridas por los cuadros. Después, tratándose de poemas de carácter visual todo un trabajo de pruebas tipográficas, impresiones, etcétera”. 
Cuando el lector tenga en sus manos Espejo negro observará que se trata de un poemario que además de conciliar la pintura y poesía retrata un proceso de aprendizaje: mirar las cosas con atención y pasión para descubrir lo que no es evidente o visible para los ojos. 
Con el libro trato de lanzar una propuesta con temas menos convencionales e intento hacer una especie de trabajo interdisciplinario. Me interesa hablar del aprendizaje a través del arte; del desarrollo de una mirada especial a partir de la contemplación y la poesía y de la confrontación entre la pintura y la realidad. 
“Me interesa desarrollar ciertos momentos de la vida de un grupo de pintores extranjeros que han vivido en México haciendo obra tanto pictórica como poética y son poco conocidos en nuestro país. Otros temas un tanto incidentales pueden ser el sueño, el viaje creativo o la musicalidad de las formas”, refirió el también asistente editorial.
Espejo negro está dividido en cuatro secciones que permiten al lector acercarse a poemas frescos, atractivos y con un juego de palabras que invitan a imaginar y soñar: La mirada errante, Adaptación cromática, Figuras cambiantes y Enclaves. Marco Antonio Cuevas destaca La mirada errante y Figuras cambiantes. 
“Si bien cada parte del libro está determinada tanto por el tipo de artistas que imanta como por la etapa del proceso de aprendizaje en que me encontraba, la correlación entre las distintas partes me impide separarlas. Sin embargo considero relevante La mirada errante, porque plantea la dinámica general del libro y en Figuras cambiantes encontré en un grupo de artistas viajeros la interrelación, central para mi libro, de la pintura con la poesía”.
Velo azul, Semblante con paisaje violeta, El gallo enamorado, Melancolía y enigma de una calle, La calle, Passage du commerce, Espejo negro, Armonía en rojos, Mujer acostada en el agua, Los gatos, Pájaros para Moro/collages, Reflejos de piedra y Sacsayhuaman sobresalen en Espejo negro
“Hay tres poemas que considero los más logrados: El despertar del bosque, de Paul Delvaux, porque capta y transmite la atmósfera onírica de los cuadros de este pintor; Paisaje peruano, de Georgia O’Keefe porque gráfica y visualmente condensa la propuesta general del libro y Tiempo y espacio, de Gunther Gerszo, ya que en él la propuesta poética busca ir más allá del puro registro visual, abriendo el lenguaje a los otros sentidos”, detalló el escritor. 
Para Marco Antonio Cuevas Espejo negro es un libro dinámico, versátil, introspectivo, reflexivo y experimental que busca cumplir con un objetivo: mostrar cómo la poesía en nuestros días posee la misma importancia que ha tenido en todos los tiempos.
“Quizá hoy la poesía sea poco atractiva para los lectores, pero no para los poetas. Más allá de intereses comerciales o de competencia es el principal género literario y un inagotable campo de experimentación y de creatividad. 
“Con mi libro espero ser capaz de plasmar en palabras lo que veo y lo que pienso ante una obra de arte. Descubrir y dar a conocer la obra de algunos pintores extranjeros poco conocidos que han vivido en nuestro país. A nivel personal, intento que la poesía me permita avanzar en un proceso de autoconocimiento del cual este libro representa una etapa en cada poema”.
Espejo negro es editado por la Secretaría de Cultura de Morelos con el apoyo del Conaculta, a través de la Dirección General de Vinculación Cultural. Para adquirir el libro, enviar un correo a:macc80@infinitum.com.mx.

Información: LCL

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