Más que un documental se trata de un grito de libertad y de verdad; es una muestra de la urgente necesidad de comunicación de la sociedad y la familia; es una enseñanza sobre la vida, sus vueltas y empezar de nuevo; así se refirió sobre el filme el museógrafo y activista Ignasi Millet, protagonista de Ignasi M., durante la charla que sostuvo la noche del viernes 28 de marzo con Enrique Torre Molina, en la Sala 4 Arcady Boytler de la Cineteca Nacional.

Luego de que se presentara en función única y especial el documental del director catalán Ventura Pons, ambos activistas charlaron con el público presente sobre el filme que narra la vida de Millet, quien es seropositivo y se vio obligado a cerrar su empresa debido a la crisis económica española, además de que está a punto de perder su casa hipotecada para tratar de salvar su negocio.

Durante la conversación, el protagonista explicó que si bien el largometraje no aborda como tema principal la homosexualidad y su enfermedad de transmisión sexual, sí es un proyecto activista en favor de la comunidad lésbico gay, frente a la injusticia y desigualdad en torno de ese tema.

“Dejaré de ser activista y luchador hasta que dejen de existir políticas públicas, actitudes humanas y expresiones sociales de rechazo en contra de mi comunidad”, precisó.

Explicó que el documental que compite por el Premio Maguey durante el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, se ha presentado en 26 festivales de cine a nivel internacional; por lo que el propio director ha asegurado que se trata de uno de sus trabajos más exitosos y mejor recibidos por los medios y la crítica.

El protagonista, quien es amigo de Pons desde hace 28 años, dijo que el recibimiento positivo por parte del público se debe a que es un collage de historias sobre la lucha y superación de la gente que le rodea, a quien admira por su intento por enfrentar las adversidades que podrían ocurrirle a cualquier persona, sin importar sus preferencias sexuales.

El material aborda distintos temas, desde los que tienen que ver con salud pública, diversidad sexual, religión, la crisis económica española y sus efectos en la cultura del país; de la solidaridad de la gente, de los amigos, de la familia y la sociedad en general.

Millet aseguró que el material surgió con el objeto de motivar a muchas familias al diálogo, a la confianza y el apoyo mutuo, por lo que considera que ha cumplido con el objetivo ya que los espectadores descubren a una familia integrada por un hombre gay y una mujer lesbiana; dos hijos heterosexuales, un abuelo egocéntrico y una abuela que se siente fracasada; todos se comunican y funcionan mejor que muchas otras familias consideradas “normales”.

“Es una familia que se rige por la confianza y la verdad; por el diálogo y la libertad de ser tú mismo, lo que ha hecho que entre nosotros haya una gran amistad, además de los lazos sanguíneos”, exaltó.

Ignasi reconoció que este trabajo le permitió consolidar de manera personal temas como el apoyo familiar y social, pero sobre todo le enseñó que la vida da la oportunidad de volver a empezar, aunque sea de cero para resurgir y reencontrarse consigo mismo.

Información: NAM

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