En el marco del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor se rindió un homenaje nacional a tres de los más grandes escritores mexicanos del siglo XX: Octavio Paz, José Revueltas y Efraín Huerta, a 100 años de su natalicio.

Para el escritor, traductor y diplomático Héctor Orestes, encargado de recordar a estos grandes de las letras, los tres  aún son vigentes en nuestra época: Paz por ser el más representativo y el único Premio Nobel; José Revueltas, el escritor político más importante del siglo pasado y Efraín Huerta, uno de los poetas más entrañables de la ciudad de México.

Sobre Paz, explicó que se trata del escritor referencial de la poesía moderna no sólo en México sino de la lengua española y su lectura cobra relevancia ya que su obra “es una ventana hacia mundos que ningún otro autor, por lo menos desde México, ha tratado con su lucidez, con su prosa, con su visión poética, con su mirada estética. Octavio Paz fue el mayor interlocutor de México hacia el mundo durante el siglo XX, fue uno de los pocos mexicanos que supo poner a México en el mundo y al mundo en México”.

La poesía y los ensayos de Paz, agregó, son lecturas obligadas para conocer una forma de interpretación de lo que es ser mexicano. Vamos a encontrar siempre una forma de interpretación de lo que somos los mexicanos en la época moderna a lo largo del siglo XX.

De José Revueltas apuntó que se trata de un prosista que usó al ensayo, la narrativa e incluso al cine y al teatro como sus canales de expresión. Lo calificó como a un escritor intenso, incluso magnético, que imanta al lector por la potencia de su prosa.

Aseguró que puede considerársele como el escritor político más importante del siglo XX y recomendó la lectura de El apando, una novela de apenas 56 páginas que es fuerte y transgresora para su época, ya que fue escrita desde la cárcel de Lecumberri, donde fue preso político por el movimiento de 1968 y para entender esta revuelta estudiantil, aconsejó la lectura de México 68. Juventud y revolución, donde Revueltas habla de esta fisura en la sociedad mexicana que buscaba un México distinto.

Finalmente, Héctor Orestes recordó a otro nacido en 1914, Efraín Huerta, quien al igual que Revueltas, fue un escritor de izquierda, miembro del partido comunista, y uno de los poetas más divertidos, graciosos y pícaros de la literatura mexicana del siglo pasado.

Huerta, dijo, más conocido por sus Poemínimos que son pequeñas historias, anécdotas, ocurrencias, postales, recados telefónicos, bromas y chistes, hoy sería el mejor escritor de twits, ya que se le dio la forma breve de la escritura.

Además, fue un poeta que desarrolló un vínculo especial con la ciudad de México, pues fue testigo de la gran masificación de la capital mexicana en la década de los años 50, 60 y 70 y no le tuvo miedo  a incorporar en la poesía las nuevas formas del habla popular, como los diminutivos y los neologismos, lo que le dio peculiaridad poética a su gran inventiva lingüística.

En el homenaje a estos tres grandes escritores mexicanos del siglo XX, Héctor Orestes además de hablar de su obra, leyó pequeños fragmentos de sus textos e invitó a los espectadores a acercarse a estos autores en el marco del Día Internacional del Libro y del paseo literario que se realizó en la explanada del Palacio de Bellas Artes.

Con miradas críticas analizan la obra de Octavio Paz

Un interesante debate en torno a la vida y obra de Octavio Paz tuvo lugar en la mesa de reflexión Octavio Paz: miradas críticas, donde Evodio Escalante, Josué Ramírez y Víctor Manuel Mendiola hablaron sobre uno de los más grandes escritores de México.

Josué Ramírez aseguró que el mejor homenaje para Paz, a 100 años de su nacimiento, es leerlo nuevamente e invitar a nuevos lectores a hacerlo, pero con una lectura crítica, mientras que Víctor Manuel Mendiola coincidió en que el mejor homenaje es ser rebelde y crítico, como siempre fue el autor de El laberinto de la soledad, quien dijo, aun de viejo fue rebelde y “levantisco”.

Para Mendiola, Piedra de Sol es un poema clásico, de composición perfecta, donde Paz combinó las vanguardias, para crear un híbrido y una quimera, hasta cierto punto contradictoria, de gran originalidad e independencia intelectual.

Sin embargo, Evodio Escalante consideró que Piedra de sol tiene un defecto: carece de hilo conductor. Para el también escritor, en ese poema Paz sólo amontonó cosas, y aunque es una pieza fascinante, le falta estructura.

Víctor Manuel Mendiola aseguró que esta aparente falta, es porque se trata de un poema “simultaneísta”, ya que la obra de Paz, compleja y “brillantísima”, está caracterizada por ser híbrida, tanto intelectual como poéticamente.

Evodio Escalante calificó a Paz como un autor complejo, fascinante y apabullante, un escritor “ecléctico”, ya que fue un poeta que tardó en encontrar su propia voz y se convirtió en una esponja intelectual que todo leía, todo lo devoraba y lo asimilaba.

Más que híbrido o ecléctico, José Ramírez consideró a Paz como “holístico”, crítico y apasionado, pero no rebelde, a lo que Mendiola contestó que su rebeldía no era radical, sino a la manera como el también poeta Ramón López Velarde, fue rebelde.

Los escritores que hablaron de la figura de Octavio Paz destacaron que en este marco es fundamental releer la vasta e impresionante obra del autor de Águila o sol, ya que en sus textos siempre se descubren cosas nuevas.

Información: AGB

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