El cineasta chino Jia Zhangke hace una reflexión sobre la violencia y cómo ésta puede surgir en cualquier persona ante la hostilidad del entorno, en su más reciente filme Un toque de pecado (2013). La cinta se estrena en el marco de la 56 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, este miércoles 23 de abril y con el cual concluye la selección de la primera entrega de este año.

Esta película fue reconocida como el mejor guión en el Festival Internacional de Cine de Cannes y estuvo nominada a la Palma de Oro, y obtuvo el Caballo de Oro en el Festival Internacional de Cine de Taipei, por Mejor Historia Original y Mejor Edición. Además ha sido reconocida y nominada en festivales como los Premios de la Sociedad Nacional de Críticos de Estados Unidos, el Festival Internacional de Cine de Oslo y el de la Asociación de Críticos de Toronto.

Se trata de cuatro retratos individuales, del mismo número de personajes vagamente conectados en la vida y situados en distintas provincias de China, pero enlazado por la frustración, la amargura, las necesidades afectivas y económicas, la monotonía y el desconsuelo.

El director nos da una semblanza de la vida contemporánea del país asiático. La intención es retratar los distintos entornos, el rural, el industrial, el de las ciudades y el social y visualizar cómo en cualquiera de éstos puede surgir la violencia de manera insospechada.

El empleado de una mina, harto de las explotaciones de sus jefes y de las injusticias económicas sobre quienes habitan en su aldea, está dispuesto a terminar con todos aquellos que han permitido los actos de corrupción.

La amante de un hombre ha decidido terminar con su relación ante la imposibilidad de que aquel deje a su esposa. Pero es agredida en su trabajo por la esposa de su ex pareja y luego por unos clientes, lo que la orilla a llegar a situaciones límite para liberar todas sus frustraciones.

Un joven sicario vuelve a su ciudad natal para celebrar el 70 aniversario de su madre, pero se encuentra ante un panorama de miseria que le recuerda porqué se dedica al crimen para sacar adelante a su familia.

Un joven de la gran ciudad sufre ante las imposiciones de un sistema laboral injusto y explotador y huyendo de éste encuentra un nuevo trabajo en un gran hotel. Pero se enamora de una joven que le hace ver que nada en la vida es fácil, mucho menos el amor en un entorno en el que el poder del dinero y el sexo predominan. Padece a una madre que le exige dinero y además se debe enfrentar a las consecuencias de abandonar su trabajo anterior.

Se trata de un retrato de la vida en la China contemporánea en sus diversos contextos y al mismo tiempo es un paseo visual por el acontecer social del país.

Un toque de pecado es un filme cargado de simbolismos propios de la culta oriental. Al ya de por sí alto grado de violencia que incluye cada historia, el también director de Naturaleza Muerta (2006), añade situaciones de violencia hacia distintos tipos de animales, momentos que poco influyen en las historias, pero que sin duda buscan generar crudeza realista al metraje, algo que logra eficientemente.

Si el espectador no se conmueve con las vidas de los personajes, seguro lo hará ante el caballo que es latigueado hasta su muerte, el simio atado con una pesada cadena a la cabeza de un hombre o se sentirá aterrado de ver a una joven encerrada en un auto con serpientes. Simbolos que dan cuenta de que si la vida humana, valen menos que nada en cualquier país del mundo, los animales están destinados al mantrato y la esclavitud.

Los cuatro incidentes son hechos reales ocurridos recientemente en distintas provincias de China, las cuales visitó el director para recolectar información y realizar algunas entrevistas. Esto fue lo que lo llevó a comenzar el proyecto, sin embargo, éste contiene elementos de ficción.

Se trata de una reflexión sobre las salidas violentas a que son orilladas las personas a pesar de que parezcan desarrollarse en entornos sanos, pues la hostilidad surge desde distintas fuentes, ya sea económicas, sociales y familiares y el mundo en sí genera seres agresivos que esperan de un detonante para que éstos llegen a su límite.

A pesar de que se utilizaron actores profesionales con una larga carrera actoral como Jian Wu o Wang Baoqiang, el personaje de Xiao Huide es interpretado por el debutante Luo Lanzan de 19 años. Con el propósito de atribuirle a la producción una estética más realista, otra parte del elenco se conformó de actores no profesionales.

Ante la creencia de que existen grandes similitudes entre las sociedades antigua y moderna de China en cuanto a las presiones que se han generado en su interior, el realizador tomó como base tradiciones como la ópera china para apoyar el desarrollo de su narrativa.

Un toque de pecado se estrena este 23 de abril en la Cineteca Nacional en distintos horarios y salas que se pueden consultar en:
http://www.cinetecanacional.net/micrositios/muestra56/

Información: NAM

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