El exilio español que llegó a México durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas aportó mucho a México, sobre todo en el campo de la cultura. Sin embargo, una faceta poco estudiada de esa diáspora ha sido la arquitectura. Por ello, el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes presenta la exposición Presencia del exilio español en la arquitectura mexicana, en la cual se narra la historia de 76 arquitectos, ingenieros, constructores y artistas que salieron de España y se asentaron en México y otros países de América Latina.

La exposición, coordinada por Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, vicepresidente de la Mesa Directiva del Ateneo Español en México, forma parte de las conmemoraciones por el 75 aniversario del exilio español en México. La organización estuvo a cargo de la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Embajada de España en México.

Presencia del exilio español en la arquitectura mexicana contiene biografías, imágenes, 12 maquetas, libros y videos de los arquitectos que vinieron a México, así como de aquellos que de niños arribaron por la Guerra Civil Española y estudiaron esta disciplina en México.

El arquitecto Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, quien también es arquitecto e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, explicó en entrevista que si bien hubo un arquitecto muy famoso de ese exilio, Félix Candela, llegaron a México 23 arquitectos titulados que hicieron aportaciones valiosas al país.

En los años cincuenta y sesenta, Félix Candela fue uno de los arquitectos más reconocidos en el mundo. Había estudiado la carrera de arquitectura en Madrid, se recibió en 1935 y apenas un año después, casi sin experiencia profesional, llegó muy joven a México, a los 29 años. A 10 años de haber llegado comenzó a construir los cascarones de concreto que lo hicieron mundialmente famoso.

“A nosotros nos parecía importante rescatar esa faceta del exilio español que había sido muy poco estudiada. Y en esta investigación, que duró varios años, fuimos más allá, porque registramos la labor de la mayoría de ellos y abarcamos los que se fueron a otros países de América Latina, porque en realidad salieron cerca de 50 arquitectos de España en 1939, que eran los más vanguardistas y se distribuyeron en el mundo. Cerca de la mitad llegó a México”, refirió Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes.

El 13 de junio de 1939 llegó al puerto de Veracruz el buque Sinaia con el primer grupo de exiliados españoles. Se calcula que con el apoyo del gobierno de Lázaro Cárdenas y de los organismos de ayuda llegaron 20 mil.

“Los que llegaron a México se encontraron con la suerte de estar en un país que les abrió las puertas, que les reconoció sus títulos profesionales y que vivía un boom económico que les permitió integrarse al mercado de trabajo. La mayoría optó por montar empresas constructoras, tuvieron mucho trabajo y vivieron dignamente, con una labor muy seria y honesta”, detalló el curador.

Sin embargo, precisó que la arquitectura mexicana era muy potente en los años treinta y cuarenta, por lo que estos arquitectos, más que venir a enseñar algo, hicieron una carrera importante y es lo que se ha recuperado en la exposición. “En particular, en esta exposición no quisimos dejar fuera a la generación hispano mexicana, que son aquellos niños que acompañaron el éxodo de sus padres y que se formaron en México, de la cual también hay en la exposición cerca de dos docenas de arquitectos, algunos titulados en la UNAM y el IPN, y que hicieron una labor de primer nivel”.

Del Cueto Ruiz-Funes señaló que fue más la influencia que tuvo el país sobre ellos, que la aportada por ellos. “Lo cierto es que la huella más importante del exilio español fue la tecnología de origen europeo que conocemos como cascarones de concreto, que técnicamente se llaman estructuras laminares de concreto armado. Son estructuras muy delgadas, muy resistentes por su forma. Esto fue algo que Candela había visto cuando fue estudiante y en México lo llevó a sus cuotas más amplias de creatividad e inspiración. En los años cincuenta y sesenta se construyeron muchas cosas con esta tecnología, luego pasaron de moda, pero marcaron una época.

Algunas de las obras que se muestran son los paraguas de Félix Candela, arcos representativos de los mercados, como el de Coyoacán y San Pedro de Los Pinos, además del Palacio de los Deportes, creado para los Juegos Olímpicos de México 1968. También el trabajo de Tomás Bilbao, Francisco Azorín, José Luis Benlliure, Imanol Ordorika y Ramón Mikelajáuregui, entre otros.

La exposición Presencia del exilio español en la arquitectura mexicana se inaugura este 14 de mayo, a las 19:00 horas, en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes, donde permanecerá hasta el 3 de agosto de 2014. Posteriormente iniciará gira itinerante por Morelia, Guadalajara y esperan que su última parada sea en Madrid, España.

Información: MAC

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