Una comedia de enredos que hará reír a chicos y grandes es la puesta en escena Las bodas de Fígaro, una ópera clásica con música de Wolfgang Amadeus Mozart que se presentará en el Centro Cultural Helénico en el Ciclo de Verano Ópera para Niños.

Aunque se trata de una historia complicada, ya que cuenta los atropellados preparativos que deben superar Susana y Fígaro para casarse, ante el derecho de pernada que como señor feudal quiere ejercer el conde de Almaviva, la compañía Arpegio Producciones creó una versión juguetona para el público infantil.

El director de esta puesta en escena, Jaime Matarredona, comentó que como se trata de una comedia de enredos “le quitamos la parte picarona, porque se trata de que el señor feudal tenía normalmente el derecho de pernada sobre los sirvientes, por eso se quiere aprovechar de Susanita que está muy guapa. Lo que hicimos, de manera muy light, es jugar como que al conde le gusta Susanita”.

Además, señaló en entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la obra se adaptó para que los actores “en vez de que canten todo el tiempo, sea como una comedia musical, cantan un poco y hacemos una escena, luego cantan otro tanto y hacemos otra escena, eso lo hace muy dinámico, está hecha de una manera no estática como la ópera, sino más bien como comedia musical, muy cotorro”.

Esta versión de Las bodas de Fígaro, que ya se ha presentado con éxito en otros recintos, como el Lunario del Auditorio Nacional y el Teatro Zentrika de Santa Fe, de acuerdo con su director, es “un acercamiento muy bueno a la ópera, porque no te chutas la ópera entera, hacemos como un resumen y eso le da una dinámica muy padre para quienes están iniciándose en este mundo, ya sea niños o adultos”.

Y es que justamente, dijo, “estamos tratando de acercar al público infantil y generar nuevo público de ópera, también un poco de romper esta imagen tan ortodoxa que existe de la ópera”.

La soprano Sandra Maliká, integrante del Coro de la Ópera de Bellas Artes, quien interpreta a la condesa de Almaviva, aseguró que se trata de una obra divertidísima y ágil, se va como agua, a pesar de que no tiene intermedio.

“La puesta en escena es muy dinámica, es una adaptación hecha para niños, pues la ópera completa dura cuatro horas y nuestro montaje sólo una hora 20 minutos, porque lo cual la gran opera Las bodas de Fígarola hacemos en versión chiquita, reducida en tiempos, incluso en personajes, pero no por ello es menos atractiva; por el contrario (…) el resultado es que el público se ríe todo el tiempo, de hecho esta ópera en sus orígenes es cómica y nosotros sacamos lo más importante de la historia y lo hacemos en una versión chiquita”.

La también soprano Denise de Ramery, quien lleva más de siete años en Arpegio Producciones, señaló que como es una compañía de ópera independiente para niños, presentan montajes aptos para el público infantil, con una duración máxima de una hora 20 minutos de espectáculo.

En este caso, agregó, “todos los diálogos son hablados en español, hay una interacción entre cantantes, que es muy actoral, para acercar al público a la trama, se cantan algunas partes en el idioma en que fueron escritas, aparte hay subtítulos para que la gente entienda lo que se dice en escena; la escenografía es hecha con multimedia, eso hace que las cosas estén más cercanas a un público actual”.

La conjunción de todos estos elementos, dijo la soprano, permite que “los chavos salgan súper divertidos, los papás agradecidos de que estemos ofreciendo una propuesta que sea dinámica, atractiva y alternativa, porque también hay otras opciones que pueden apelar a un buen criterio por parte de los niños. Los niños no son tontos y pueden apreciar música y cosas clásicas de primer nivel, sin ningún problema”.

Aunque se trata de una versión para niños, Sylvia Rittner, directora artística de Las bodas de Fígaro, advirtió: “Lo que estamos haciendo es ópera, no es teatro para niños o espectáculos para niños”, por lo que inclusive Arpegio Producciones tiene a los mejores cantantes mexicanos, “al equipo pesado de la ópera infantil de México”.

La también productora ejecutiva del montaje destacó que para lograr un mayor atractivo la compañía utiliza escenografías virtuales narrativas, es decir, en vez de cicloramas y pantallas aparecen ideas y objetos que van más allá de la mera escenografía, ya que en este caso la virtualidad también es narrativa: “pasan cosas y hacemos escenarios como de caricatura, todo esto se tiene que adecuar a las necesidades de la escena”.

Y es que, dijo, “trabajamos con un público que no es el de la ópera, un público para el cual no se escriben las óperas ni los libretos, en este caso Las bodas de Fígaro es un tema delicado, es un tema de adultos, es el derecho de pernada que tenían los señores feudales, entonces cómo hacemos para que los niños puedan disfrutar de la música de Mozart, que es maravillosa, y puedan sin tocar el tema de manera abrupta comprender de qué se trata esto”.

Por ello esta puesta se mantiene como una comedia de enredos, donde “los niños se ríen, se divierten y salen también con las orejas llenas de una música increíble, con cantantes de primerísima”.

Sylvia Rittner indicó que los escenarios virtuales también les sirven para manifestar ciertas cosas y los niños comprendan sin tener que leer los subtítulos, ya que “no traducimos las arias, los duetos, no las hacemos en español, se cantan en idioma original, es nuestro interés que presencien auditivamente, que tengan el contacto con la ópera como es (…) no queremos variar ni el contenido ni la musicalidad, nada; no tenemos que inventar cosas, la ópera ya es un arte muy completo”.

Precisamente el director musical, Miguel Hernández Bautista, destacó que la adaptación respetó la idea original del compositor austriaco, “siempre es la música de Mozart, sería un pecado tocarla” y más bien, sólo se acortó para que durara el tiempo para que los niños no se aburran y sea comprensible para todo el mundo.

Aseguró que Wolfgang Amadeus es alguien que no tiene tiempo y Las bodas de Fígaro es una comedia maravillosa, “siempre con el encanto de la música de Mozart, que es tan fina, tan inteligente” y esta puesta en escena de Jaime Matarredona “tiene a los niños todo el tiempo con ¿qué va a pasar ahora? y los enredos que se van desarrollando; todo mundo está ‘¿qué sigue, qué sigue?, no lo hagas, no abras la puerta’”.

Acústicamente, agregó el también director general del CentrÓpera Enrique Jaso, Las bodas de Fígaro es una ópera muy bonita y “los niños responden de una manera tan impresionante cuando la música es bonita, nos pasa sobre todo con Mozart, les crea una sensación de confort y tratamos de escoger los números más aptos para el desarrollo de la obra y que acústicamente fueran bonitos”.

Señaló que fomentar el acercamiento de los pequeños a la ópera es una de las grandes oportunidades para que haya una generación cada vez mejor de mexicanos, ya que “la ópera conjunta el teatro, el ballet, la música, la actuación; entonces, eso le va a dar una serie de elementos al niño que cuando va creciendo tiene una mayor amplitud en cuanto a rangos de opciones para su desarrollo”.

Aunque este montaje está pensado para los pequeños, el director musical advirtió que “hemos mezclado un poco para que la lectura sea fácil para los niños y haya algo más subliminal, para que los padres entiendan otras cosas” y los grandes también se diviertan.

Justamente la soprano Denise de Ramery, quien da vida a Cherubino, “un chavito que anda detrás de todas las mujeres que se pueda uno imaginar”, ya que en la época de Mozart había papeles masculinos interpretados por mujeres, comentó que Las bodas de Fígaro es una de las puestas en escena más divertidas y dinámicas de Arpegio Producciones, pues se buscaron los mayores tintes cómicos del libreto original.

Por ello, aseguró que “los adultos se van a divertir, es para todo el público, tenemos también puntadas y cosas que les van a dar mucha risa a los papás, el pretexto es llevar a los niños, pero los papás también aprenden, conocen, se divierten y sea quienes nunca en su vida han ido a la ópera o quienes ya conocen y les gusta el género, es muy accesible para todos y se divierten mucho, dura muy poco, una hora 20 minutos; es para pasar el fin de semana bonito con la familia y hacer una actividad diferente”.

La invitación, señaló Sandra Maliká, es para quienes quieran divertirse con esta ópera que se presenta durante una corta temporada en el Teatro Helénico, lo cual, dijo, hace feliz a todo el equipo de Arpegio, por la oportunidad de estar en un foro de tanto prestigio en la Ciudad de México, al cual incluso calificó como un “teatro mágico”.

También Sylvia Rittner celebró la presentación en el Helénico, ya que se trata de una experiencia extraordinaria, pues es un lugar de gran tradición para las artes escénicas. “No es un teatro antiguo del siglo XIX, es un teatro del siglo XX, pero te deja esa sensación que nos ha dejado estar en el Teatro Juárez de Guanajuato, estos lugares emblemáticos, es un sitio emblemático del sur de la ciudad, por todo lo que ocurre ahí, en ese escenario”.

Además, dijo, contribuye al proyecto de la compañía de construir público para la ópera, que será quien en un futuro asistirá a las grandes salas de conciertos. “El Helénico da la oportunidad para que no estemos en espacios donde está muy caro el boleto o esté muy lejos”.

Será una corta temporada de cuatro funciones: los sábados 21 y 28 de junio y 5 y 12 de julio, en punto de las 13:00 horas, ya que “lo que queremos es que después llamen a gritos a la ópera para niños” en ese tipo de recintos, bromeó Sylvia Rittner.

Lo más importante, agregó, es que “el público vea que respetamos a los niños, que cada vez tenemos mejores propuestas en términos de cantantes que tienen todo el nivel, que estamos comprometidos con nuestro trabajo, que lo hacemos con seriedad, no estamos jugando a hacer ópera, estamos haciendo ópera en reducciones, con propuestas escénicas originales, tratando de mantener el lenguaje operístico con mucha calidad, hasta en los hilos del vestuario”.

Finalmente, Denise de Ramery aseguró que la ópera y estas expresiones artísticas “por supuesto que impactan la mente del niño, la emoción, y están ahí, siembran pequeñas semillitas como para seguir explorando ese repertorio, seguirlo escuchando, en algunos casos habrá chavitos que les interese empezar a estudiar y a explorar la música”.

El montaje de la ópera Las bodas de Fígaro en versión infantil se presentará dentro del Ciclo de Verano Ópera para Niños en el Centro Cultural Helénico, ubicado en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn; el boleto tiene un costo de 150 pesos.

Información: AGB

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