ZONGOLICA, Ver.- Por preservar e impulsar los saberes y técnicas tradicionales, la ritualista y médica tradicional Alicia Ana Pérez Rivera y el ritualista José Román Teodoro Tlaxcaltecatl Quiahua fueron reconocidos como Tesoros Humanos Vivos.

El Parque Juan Moctezuma y Cortés, ubicado en Zongolica, Veracruz, fue el escenario de la entrega de este reconocimiento otorgado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de la Dirección General de Culturas Populares.

El municipio de Zongolica, Veracruz, fue elegido para cerrar el programa Galas Identitarias, Fiesta de las Culturas Vivas, el cual incluyó gira por Zinacantán, Chiapas; Tancanhuitz, San Luis Potosí; Marquelia, Guerrero, y Uruapan, Michoacán.

Esta última jornada fue inaugurada por Rodolfo Rodríguez Castañeda, director del Museo Nacional de Culturas Populares; Ricardo Macuixtle García, presidente municipal de Zongolica, Veracruz; en representación de los creadores locales, Manuela Pérez Rivera y Clara Luz Prieto, subdelegada de Desarrollo Comunitario y Participación Social de la Secretaría de Desarrollo Social.

Ricardo Macuixtle detalló que el programa Galas Identitarias, Fiesta de las Culturas Vivas es un encuentro que ayudará a fortalecer la dignidad identitaria de las comunidades de Zongolica a través del reconocimiento de sus tradiciones, "para no perder la herencia que nos han dejado nuestros ancestros".

Manuela Pérez Rivera, en nombre de sus compañeros artesanos, compositores y escritores, agradeció que el Parque Juan Moctezuma y Cortés haya sido la sede de este encuentro.

Rodolfo Rodríguez Castañeda coincidió con Manuela Pérez en que Zongolica haya sido la sede de este programa, ya que para él es "un inmejorable marco para cerrar las galas con broche de oro".

Finalmente, Clara Luz Prieto destacó que este evento permitirá conocer artistas, artesanos, músicos y bailadores admirables "que dan muestra de lo que es nuestro país".

El programa de la última jornada de Galas Identitarias, Fiesta de las Culturas Vivas inició con el ritual Xochitlalis (Ofrenda de flores), "el cual consiste en iniciar actividades dando gracias a Dios y a la Madre Tierra, porque de ahí nos formó Dios y por eso debemos verla con respeto y veneración", destacó en entrevista, con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Alicia Ana Pérez Rivera, encargada del ritual y más tarde reconocida como Tesoro Humano Vivo.

Se trata de un ritual –añadió– que "nos hace recordar que un día Dios y la Madre erra serán nuestra cobija".

Sahumerio, rosas deshidratadas y posteriormente deshechas, margaritas enrolladas, una cruz de madera forrada con flores que simbolizan la presencia de Dios, velas "para alumbrar a la Madre Tierra", café servido en pequeñas tazas y agua, fueron algunos de los elementos que integraron este ritual con el que se dio la bienvenida al público a Zongolica.

Detrás del ritual inició el reconocimiento a los Tesoros Humanos Vivos: José Román Teodoro Tlaxcaltecatl Quiahua, quien fue reconocido por ser un tetahchi, es decir, un anciano sabio depositario de la tradición, conocedor del ritual para mantener el equilibrio hombre/naturaleza; por ser poseedor de un discurso mediador entre lo divino y lo profano, y por ser el encargado de celebrar el ritual del Anawiltonalli (carnaval) y todos los rituales del calendario festivo tradicional de Zongolica, donde él es el guía espiritual.

Al recibir el reconocimiento de manos de Rodolfo Rodríguez Castañeda José Román dijo sentirse orgulloso, "ya que me permitirá andar siempre con el espíritu en alto".

Alicia Ana Pérez Rivera fue reconocida como Tesoro Humano Vivo por sus conocimientos para hacer tés, preparar ungüentos, jabones y jarabes. Asimismo, por aprender las especialidades de sobadora, talladora, partera empírica, limpiadora, curadora de empacho, susto, mal de espíritu, quebranto, caída de mollera, control prenatal y preparar a las mujeres para el parto.

Además, por fundar e impulsar la Organización de Médicos Tradicionales desde hace 19 años y porque actualmente atiende a los pacientes que acuden a ella en la cabecera municipal de Zongolica.

Al recibir su reconocimiento, también de manos de Rodolfo Rodríguez Castañeda,  Alicia Ana se mostró sorprendida por el reconocimiento,  agradeció y felicitó a todas las personas, porque dijo demuestran su interés por conocer y difundir las tradiciones del municipio de Zongolica.

"Y, por eso, por favor les suplico mucho que rasquen, que pregunten, busquen una respuesta de las cosas y también les pido que no dejen que las tradiciones se pierdan porque son nuestras y por ellas nos debemos sentir orgullosos".

Minutos después de la ceremonia, surgió el grupo de niños y jóvenes Negritos de Atlahuilapa, quienes a ritmo de música de viruela y violín desplegaron danzas que se presentan exclusivamente en fiestas patronales, las cuales fusionaron pasos de bailes españoles y de pueblos originarios de la región.

Después dieron lectura a versos y poesía realizada por el escritor y traductor Sixto Cabrera González, quien en náhuatl y español leyó Dariana y varios poemas de su libro Polen de luz, textos que hacían descripciones sobre los paisajes de Zongolica y el amor.

Cerca del escenario los antojitos: memelas al comal, plátanos asados, pan de crema, empanadas, semillas de calabaza, tamales, raspados y helados, fueron expuestos para su consumo. Además de artículos de lana: mochilas, pasadores, bolsas, taquiales (camisas), aretes, pulseras, rebosos y muñecos.

La jornada continuó con los corridos originales de Manuela Pérez Rivera, cantautora nahua originaria de Cuapa Pinopa, quien interpretó, entre otros, El alacrán, La vida en el campo, Tu castigo y La hora del recreo.

La música de banda llegó con Banda de Santa Cruz Tequila, agrupación de nueve músicos que interpretó canciones del sur del Río Bravo, danzones, pasodobles, son cubano y algunos paisajes sonoros, entre los que destacaron Al sur del río, El día que llegaron las lluvias, La llorona, La vida es un carnaval,  El mar y Danzones de Lara, serie que rindió homenaje al compositor e interprete Agustín Lara.

El broche de oro fue el grupo de metal en lengua náhuatl Mikistli, quienes con sus canciones que fusionan el rock, metal y la música prehispánica propiciaron el slam entre los jóvenes  asistentes.

Sus canciones narraban historias, leyendas y mitos, y eran creadas con conchas de tortuga, cuerno de venado, palo de lluvia, flautas de barro, guitarra eléctrica, bajo y batería. Entre las canciones que interpretaron: La leyenda de los soles, Lo que nunca se fue, La casa de los espíritus y El primer destello del amanecer.

Las actividades de esta última jornada continúan hoy con la lectura de poesía de Juan Hernández; la danza de Tocotines de Los Reyes y Concheros de Ixtaczoquitlan y los conciertos de la Orquesta Hermanos Quechulpa y Nonoalka.

Información: LCL

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