El hombre de las multitudes (Brasil, 2013) es el más reciente filme escrito y dirigido por Marcelo Gomes y Cao Guimarães. Está basado en un cuento del escritor Edgar Allan Poe y adaptado de manera muy libre para narrar el gusto de un ser por la soledad, a pesar de estar rodeado de miles de personas todos los días. Esta producción se estrena este jueves 10 de julio como parte de la programación del 34 Foro Internacional en la Cineteca Nacional.

Esta pieza fílmica fue recientemente reconocida con el premio a Mejor Fotografía y el Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara 2014. También obtuvo un reconocimiento en Francia, en el Festival Encuentros del Cine Latinoamericano de Toulouse 2014, donde se le otorgó un premio de seis mil euros para difundir el filme en Francia para la traducción y subtitulaje, lo que la hizo llegar a más lugares en Europa, donde ha sido bien recibido por el público y la crítica.

Inspirado en el cuento El hombre de la multitud, la trama retrata el andar cotidiano de Juvenal, interpretado por Paulo André, un conductor de metro de edad madura, que lleva una vida bastante sencilla, pero al mismo tiempo misteriosa para las pocas personas con las que convive diariamente.

Es difícil adentrarse en los pensamientos del personaje, pero los largos trayectos recorridos a pie diariamente en la ciudad de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, rodeado de gente, nos dan cuenta de un aislamiento elegido por el propio personaje, quien parece no tener especie alguna de sobresaltos en su práctico, elocuente y sencillo estilo de vida.

Sin embargo, todo cambia cuando Margô (Sílvia Lourenço), una joven compañera de trabajo que controla el tránsito de los trenes, interfiere de manera inesperada en su vida. Primero pidiéndole que sea su padrino de bodas y después visitándolo constantemente en su apartamento, en compensación por lo que parece es el inicio de una gran amistad.

Diariamente Margô lo contempla y observa a través de las cámaras del sistema de transporte, a las que tiene acceso y pasa largo rato observando a su compañero, pues a pesar que está próxima a casarse se siente atraída por la enigmática personalidad de este solitario personaje que además le evoca a su padre.

A lo largo del metraje, Juvenal poco a poco se va entusiasmando con la idea de ser padrino, y ella cada vez más lo considera uno de sus mejores amigos. Aunque la mayoría de lo que comparten en su vida son momentos prolongados de silencio y vasos con agua.

Es un filme caracterizado por el particular estilo minimalista e intimista de Marcelo Gomes, recordado en México por su filme más taquillero en 2011 en la Cineteca, Viajo porque preciso, vuelvo porque te amo (2009) y Érase una vez yo, Verónica (2012), presentado en la 55 Muestra Internacional de Cine.

Ivo Lopes Araújo es el responsable de la fotografía en este filme que goza de tonos que tienden al blanco, y con un formato especial de pantalla 1:33, con lo que se denota una mirada voyerista que da sensación de observar las acciones de los protagonistas a través de una ventana.

A la par del ritmo contemplativo, los cineastas logran mantener el interés en el drama hasta el final, gracias al manejo de los silencios en una historia construida precisamente del vacío y la soledad de la sociedad actual. De esta forma el largometraje viene a completar una trilogía sobre la incomunicación humana que Guimarães inició con los documentales A alma do osso (2004) y Andarilho (2007).

El hombre de las multitudes se estrena en salas de la Cineteca y los horarios se pueden consultar en: http://www.cinetecanacional.net/micrositios/foro34/

Información: NAM

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