El fuego que camina, el más reciente libro de ensayos del poeta Jorge Fernández Granados, es una especie de camafeo (una reproducción o una evocación) del lector, pues más que una antología se trata de un recorrido de búsqueda y excavación por 17 poetas iluminadores de este género en Hispanoamérica.

El libro, editado por la Dirección General de Publicaciones del Conaculta reúne 17 ensayos escritos durante los últimos 20 años por el autor, donde aborda la personalidad y rasgos de la escritura de esos poetas.

Luis Cernuda, José Ángel Valente, Francisco Brines, José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Emilio Adolfo Westphalen, Gonzalo Rojas, Álvaro Mutis, Jorge Eduardo Eielson y Alejandra Pizarnik, son los autores de la parte de España y Latinoamérica, mientras que en la sección México se aborda a Ramón López Velarde, Xavier Villaurrutia, José Gorostiza, Jaime Sabines, Rubén Bonifaz Nuño, Marco Antonio Morales Montes de Oca y José Emilio Pacheco.

Aunque faltan escritores emblemáticos, como Octavio Paz o Jorge Luis Borges, el autor explicó que “precisamente, no fue mi intención hacer ni una antología ni una guía de lectura ni un libro de texto, es decir no pretende ser un libro democrático ni didáctico, sino más bien es un cofre del lector, un camafeo del lector”.

En entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Fernández Granados indicó que El fuego que camina no es una antología donde haya representatividad de los grandes faros de la literatura, pues más bien se trata de un libro de búsqueda y excavación.

“Hay figuras obviamente señeras de la poesía hispanoamericana, como podrían ser Álvaro Mutis, José Emilio Pacheco, José Lezama Lima, hay otros que son como figuras de culto secreto, que podrían ser Eielson, Westphalen y la misma Alejandra Pizarnik”.

Se trata de figuras, dijo, que “para mí tienen un significado particular, un magnetismo particular que, a lo largo de una vida de lectura, sobre todo de poesía, no dejan de irradiar algo que los hace muy entrañables. Yo quería más que nada que esos autores estuvieran aquí, en los ensayos, más que hablar de que hay que leer a Luis Cernuda, tengo algo que decir sobre Luis Cernuda, un ángulo de la personalidad de Luis Cernuda que me interesa”.

Fernández Granados destacó que El fuego que camina más que poner un busto de bronce a estos 17 poetas, ilumina ciertos rasgos de su obra o personalidad, ya que se trata de personajes que “son iluminadores, sobre todo como lector de poesía”.

Sólo una mujer forma parte de este universo. “Me temo que sí, pero no tiene nada que ver con el género, porque de hecho el ensayo sobre Alejandra Pizarnik es el más reciente de todos y creo que es el segundo más extenso del libro, es la autora que cierra la parte hispanoamericana”.

El fuego que camina, precisó su autor, es como un cuaderno o bitácora de viaje, de esos que ya no se estilan, pero donde uno apuntaba itinerarios y hallazgos en los recorridos que no sólo ayudan a recordar, sino que también pueden iluminar el trayecto de otros, siendo una invitación para recorrer ese itinerario.

Por ello, este libro, dijo, “sin que uno esté dando una guía particular o una lección, simplemente es como decirle a otro ‘mira, yo por aquí pasé, esto vi, esto encontré, esto se parece a esto, esto y aquello me ayudaron a entender tal cosa’, posiblemente en esa bitácora, en ese cuaderno de viaje, esté trazado también un recorrido que alumbre el recorrido de otros, esa es la intención”.

Con siete libros de poesía en su haber y varios ensayos publicados, Jorge Fernández Granados decidió juntar estos textos a invitación de la Dirección General de Publicaciones. “Yo dije, ahora es el momento porque precisamente no son muchas las editoriales ni las colecciones que se dedican al ensayo literario, de las pocas y más respaldadas, El Centauro del Conaculta. Esa fue la chispa, en este caso no la gota que derrama el vaso, sino la chispa que enciende la gasolina, dije: ahora es cuando vale la pena ya darle forma al libro”.

A pesar de un proceso degenerativo que lo ha llevado a vivir en “un mundo de niebla muy espesa”, como él mismo señala, pues actualmente el autor sólo tiene entre 15 y 18 por ciento de visión, Fernández Granados continúa siendo un lector gracias a una especie de lupa electrónica que aumenta el tamaño de los textos en una pantalla y escribe en una computadora.

“Gracias a la tecnología puedo seguir leyendo, más lentamente de lo que lee una persona normal, pero se puede seguir leyendo un libro, se puede escribir en la computadora, a través de la pantalla. Hace 20 años era otra la manera de trabajar, la única buena noticia es que la literatura puede seguir estando ahí, las palabras no se borran, cambian de un formato a otro, incluso al auditivo”.

Jorge Fernández destacó que la literatura tiene una enorme generosidad, ya que puede estar en signos escritos, sonoros y táctiles, pues “el lugar de la literatura es la mente, la imaginación, ahí es donde está realmente el libro, por eso puede pasar de una forma a otra sin desintegrarse, por eso puede pasar del chino al inglés, del sánscrito al portugués y sigue estando ahí el libro, es algo que está dentro de nosotros”.

Y como la literatura más que una inquietud es una necesidad, “un oficio que nunca se abandona, creo que soy la prueba viviente de que se vencen los obstáculos que uno encuentra, con tal de seguir hallando esa actividad que se ama”, el autor continúa con nuevos proyectos, ahora basados en la brevedad.

“Para mí es mejor lo sintético, lo breve, que un novelón de 600 páginas, pero también creo que las nuevas tecnologías, el siglo XXI, las generaciones más jóvenes, tienen otras formas, otros registros, otras velocidades de lectura, para mí el desafío es que la literatura, con todas sus capacidades y posibilidades, se pueda concentrar, se pueda transmitir a nuevos formatos, a nuevos ritmos que entren a este mundo tecnológico de 140 caracteres, por decirlo así y que no pierdan su fuerza, sino por el contrario la multipliquen con esa brevedad, mi proyecto actual es una literatura de la brevedad, capaz de transmitirse a los nuevos lectores del siglo XXI sin quitarles los ojos de la pantalla y sin quitarles el tiempo que no pueden ya perder”.

En tanto, Jorge Fernández Granados presentará El fuego que camina este jueves 2 de octubre a las 19:00 horas en el Cine Lido, del Centro Cultural Bella Época, ubicado en Tamaulipas 202, colonia Hipódromo Condesa, y contará con la participación de Armando González Torres, Víctor Manuel Mendiola y Fernando Fernández.

Información: AGB

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