La primera función en México de la obra de teatro Perro sin raza tuvo un valor agregado: asistió el escritor británico Ed Harris, quien creó la obra llamada en inglés Mongrel Island. Después de ver la representación en su estreno en el Teatro Helénico, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el dramaturgo dijo que estaba muy impresionado y que al no hablar español la puesta en escena fue para él una experiencia surrealista.

Cuando escribí esta obra, hace más de tres años, no sabía si alguna vez sería llevada a escena y ahora la veo en español, en México, y para mí es una experiencia fuera de serie, porque no hablo español pero voy identificando las escenas y veo la respuesta del público a las bromas o a las situaciones dramáticas y es maravillosa, contó en entrevista con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes tras presenciar la representación dirigida por el mexicano Fernando Rovzar.

En la obra los espectadores acompañan los afanes y naufragios de María, una joven trabajadora de PSR, una compañía imaginaria fundada en 1971, en la cual muchos se esfuerzan para que no pase nada, no cambien nada y la rutina se perpetúe. Mariana Burelli personifica a María, quien tiene interacciones absurdas con sus dos compañeros de trabajo: Hernán Mendoza, quien representa al más veterano de la oficina, y Mauricio Isaac, un extravagante y distraído trabajador con un sueño en la mente.

También aparecen en escena una jefa híper controladora, personificada por Rocío Verdejo, y un personaje femenino lleno de secretos llamada Pippo, quien cobra vida gracias al trabajo actoral de Norma Angélica, quien representa a la persona que hace el aseo por las noches y conoce mucho de lo que ocurre.

Creo que la obra en México fue muy bien presentada y solucionada de una manera muy inteligente por el director. Fue un trabajo hermoso, principalmente con las actuaciones, porque una de las cosas más difíciles, cuando se trabaja con el humor negro, es lograr que los espectadores sientan un poco de preocupación y cercanía hacia la parte humana de los personajes, por absurdos que sean. Esto se logró muy bien en esta adaptación que llega a momentos de contacto profundo con los espectadores, indicó Harris, quien en 2012 fue descrito por la prensa londinense como un prometedor escritor emergente, después de estrenar su obra Mongrel Island, en el Teatro Soho de la capital inglesa. Ese mismo año, el diario británico The Guardian calificó su trabajo como una bella pieza de comedia seria.

Perro sin raza es una historia que echa una mirada a la burocracia. En ella vemos cómo los personajes pueden perder la razón cuando caen en una espiral que los lleva a entregarle totalmente su vida al trabajo. Es una historia con algunos rasgos trágicos, pero amortiguados por lo absurdo de toda la situación que rodea a esta oficina.

“Los personajes que escribí son universales. Algunos se originaron en un periodo de cuatro años en los que trabajé en una oficina, por ejemplo el soñador que llamé Elvis, pero otros en realidad son personajes que habitan dentro de mí.

“La idea era que, dependiendo de la aproximación del público a la obra, cada persona encuentre que todos los personajes son muy vulnerables por dentro y cada uno intenta proteger la parte infantil que lleva adentro, ya sea con sueños de fantasía, con romances o hasta con música”, añadió Harris, quien llegó a México gracias al acercamiento de la productora de la obra, Mariana Burelli, con la compañía Anglo Arts.

La obra Perro sin raza se estrenó este martes 21 de octubre y estará en cartelera hasta el 26 de noviembre, los martes y miércoles de cada semana, a las 20:30 horas, en el Teatro Helénico del Conaculta, localizado en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, en la Ciudad de México.

Información: ACB

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