Procedente de Gambia, Sona Jobarteh, la primera mujer virtuosa de la Kora, instrumento africano entre el laúd y el arpa, ofreció un recital la noche de este viernes en el Centro Nacional de las Artes, donde cautivó a los asistentes con su melodiosa voz y los sonidos de la kora.

Luego de presentarse con gran éxito en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, durante la edición 42 del Festival Internacional Cervantino, Sona Jobarteh hizo lo propio en el auditorio Blas Galindo, donde se dieron cita decenas de personas.

Tras un breve retraso por cuestiones técnicas, los asistentes, aunque un poco ansiosos, esperaron con calma la presentación, a fin de disfrutar la música y los acordes de la kora, un extraño instrumento para el mundo occidental.

Y es que la kora es un arpa africana de 21 cuerdas, distintiva de los pueblos mandingas, ubicados al oeste de África, las cuales pertenecen exclusivamente a las familias griot. Solo los hombres, nacidos en una de esas familias, tienen derecho a aprender a tocar el instrumento.

Sin embargo, Sona Jobarteh rompió la tradición y aprendió a tocar la kora a los cuatro años de edad, pues nacida en una de las cinco principales familias griot, con renombrados maestros de la kora, como su abuelo Amadu Bansang Jobarteh y su primo Toumani Diabaté, fue instruida en ese instrumento.

Ahora, la joven procedente de Gambia, conjuga su talento y dominio en la kora, con su voz, plena de matices misteriosos que se unen a los acordes de guitarras eléctricas, percusiones africanas, el sonido del djembe y los tambores, en rítmicas y pegajosas melodías.

Canciones como Jarabi, Mamamuso, Saya y Fatafina, fueron interpretadas por la cantante junto con a sus músicos, quienes iban ataviados a la manera tradicional africana, con atuendos en color verde, mientras que Sona Jobarteh, destacaba en un vestido de tonos morados, con la kora a la cintura.

Su rítmica música, que combinaba acordes tradicionales de su país con toques contemporáneos hizo que, a petición de la propia cantante, el público coreara las canciones y las acompañara con las palmas.

Con gran maestría, Sona Jobarteh hizo sonar la kora, que despedía melodiosos sonidos, que en momentos se fusionaban con los acordes de las guitarras acústica y eléctrica, las intensas percusiones, o bien, con el especial timbre de su voz.

A lo largo de más de una hora, el público pudo disfrutar de una muestra de la música contemporánea de Gambia, donde Sona Jobarteh estuvo acompañada por Kari Bannerman en la guitarra eléctrica, Kyazi Lugangira en la guitarra acústica, Mamadou Sarr en las percusiones africanas y el djembe, Alexander Boateng en la batería y Andi McLean en el bajo.

Información: AGB

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