Una representación metafórica del inframundo parece ser el conjunto que forman un túnel y tres cámaras subterráneas con ofrendas, localizados 15 metros bajo el suelo del Templo de la Serpiente Emplumada, en Teotihuacán, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Este el resultado de 11 años de investigación multidisciplinaria para abrir con cuidado este pasadizo que permaneció clausurado mil 800 años.

Los resultados de la excavación muestran que se trata de una estructura artificial a la que hay que descender por un pozo de 15 metros de profundidad, y luego recorrer un andador estrecho de 103 metros de longitud hasta llegar a las tres cámaras de aproximadamente 1.9 metros de largo cada una. Existe la posibilidad de que en el suelo de las cámaras se encuentre alguna ofrenda funeraria, pero hasta ahora sólo se ha podido excavar a 60 centímetros de profundidad de esos espacios.  

Toda esta información será presentada el 30 y 31 de octubre en un simposio científico sobre Teotihuacán donde se presentarán detalladamente todos los hallazgos que no sólo aportan información del propio túnel sino de la hidrología, iconografía, economía y política.

La directora del INAH, María Teresa Franco, informó que se rescataron más de 50 mil piezas con información valiosa gracias a que se trató de un proyecto multidisciplinario encabezado por el INAH pero con aportaciones muy importantes de la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, el Colegio de Postgraduados y también científicos e instituciones de Francia. Añadió que entre las innovaciones utilizadas que han llamado mucho la atención fuera de México estuvo el uso del robot Tlaloc II diseñado por un estudiante del Instituto Politécnico Nacional (IPN),  así como el uso de tecnologías de punta como geo-radares, escáner 3D y diferentes tipos de cámaras y sistemas ópticos para obtener imágenes de diferentes espacios de difícil acceso.  

Entre los objetos hallados llaman la atención fragmentos de piel, aparentemente humana, y cabello que en una etapa futura podrán ser sometidos a estudios de ADN. Hay 4 mil objetos de madera en perfecto estado de conservación, 15 mil semillas de diferentes plantas usadas para rituales, ocho pelotas de hule en perfecto estado de conservación y miles de cuentas de jade traídas desde Guatemala. También se encontraron figurillas humanas de piedra, puntas de obsidiana, conchas y caracoles marinos de hasta 55 centímetros de longitud, que en el presente es raro encontrar.

La hipótesis es que esta ofrenda está asociada al entierro de un personaje asociado a las estructuras de poder de la época y esto va a ser muy importante”

Se pudo ver también que los muros del túnel y las cámaras tienen decoración con algunos metales brillantes, como la pirita, lo que causa el efecto de brillo de estrellas en un cielo oscuro, cuando se les ilumina.

La entrada al túnel se halló accidentalmente una mañana de octubre de 2013 por un derrumbe, detalló el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, líder del proyecto de investigación y primero en haber descendido al pozo. Después de una primera inspección sorprendió la profundidad de 15 metros y  se le consideró un hallazgo muy importante porque se veían los rastros de que el espacio subterráneo había sido excavado con herramientas teotihuacanas que dejaron marcas en los muros.

“No podíamos pasar porque estaba bloqueado por una gran cantidad de tierra y grandes piedras, pero vimos que las habían colocado intencionalmente dentro del túnel para que nadie entrara al lugar. Después de que hemos avanzado en las investigaciones sabemos que este túnel pudo haber sido construido al principio de nuestra era y que fue clausurado en por lo menos dos ocasiones, la última probablemente en el año 25 después de Cristo. Nosotros fuimos los primeros en entrar desde entonces y ahora estamos muy cerca de responder una de las hipótesis más importantes y es que en ese lugar pudiera encontrarse un depósito funerario”, informó el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, quien dijo que ese es uno de los temas centrales del trabajo para el próximo año.

En 2005, tras dos años de planeación se reunió a un grupo de muchas disciplinas científicas que avanzó lentamente consolidando y abriendo el túnel con el cuidado necesario para no perder información que tiene decenas de siglos de antigüedad. No se hizo una apertura con maquinarias, especialistas trabajaron a mano hasta hacer posible la identificación de materiales que miden milímetros de espesor, como piel humana.

Se retiraron 970 toneladas de piedra y tierra que bloqueaban la entrada al túnel desde hace aproximadamente mil 800 años.

“México es uno de los países con mayor patrimonio arqueológico pero también con mayor número de proyectos de investigación sobre este mismo legado. Actualmente el INAH tiene en marcha 377 proyectos de arqueología que consideramos que son de muy alta calidad académica, en toda la república. Estos son proyectos cada vez más multidisciplinarios, donde intervienen la biología, la química, la arqueología y muchas otras disciplina lo que eleva su calidad”, explicó María Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien también informó que desde el año 2009 a la fecha el proyecto ha recibido una inversión de 14 millones de pesos.

Además del arqueólogo  Sergio Gómez y de María Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); estuvieron presentes en la presentación de resultados César Moheno, Secretario Técnico del INAH y al Coordinador Nacional de Arqueología, Pedro Francisco Sánchez Nava.

Información: ACB

Documentos

Descarga el PDF Kit de prensa