Reflexionar sobre el ciudadano es preocuparse por la calidad de la convivencia afirmó el historiador Enrique Florescano durante la presentación del libro Hacia una nación de ciudadanos.

El especialista habló sobre la naturaleza del proyecto editorial, que coordinó junto a José Ramón Cossío, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual fue comentado por José Woldenberg y Mauricio Merino en el marco de la 28 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, FIL de Guadalajara.

Hacia una nación de ciudadanos forma parte de la colección Biblioteca Mexicana, coeditada por el Conaculta a través de la Dirección General de Publicaciones y la Dirección de Proyectos Históricos, y el Fondo de Cultura Económica, que tiene como fin, explicó Enrique Florescano, reflexionar sobre la historia y el presente de nuestro país.

En su intervención, José Woldenberg refirió que no se podría hablar del concepto de ciudadano sin una perspectiva histórica e interpretativa: “siempre debe recordarse que el discurso contemporáneo incluye al ciudadano en la formación del poder.”

Luego de mencionar a algunos de los autores de los textos que conforman la obra, agregó que un libro sobre la idea de “ciudadano” no puede estar exento de la discusión sobre los derechos que les son inherentes, es decir, de los derechos civiles, de los derechos políticos y de los derechos sociales.

Se trata, para este importante politólogo, de un libro de referencia política básica, pues considera que la idea del ciudadano forma parte de un consenso discursivo en nuestro país, que, aunque sea todavía una idea programática y no una realidad, nadie se atreve a cuestionar estos derechos civiles.

Para Woldenberg, la importancia de un libro como Hacia una nación de ciudadanos radica en su búsqueda por entender cómo se articula la organización de una sociedad en ciudadanos; organización con un déficit, causado principalmente por la falta de satisfactores materiales y la enorme carencia de los derechos sociales más elementales.

Por su parte, José Ramón Cossío definió el proyecto de este libro colectivo como un diagnóstico del ciudadano mexicano, que busca responder a la pregunta de cómo se ha de interpretar el concepto de ciudadanía en la modernidad mexicana. Más allá de un sujeto moral, el ciudadano también es definido por el papel que éste le exige al Estado y el papel que el Estado le otorga, dijo.

Mauricio Merino, investigador en ciencias políticas, sostuvo que, a diferencia de muchos libros de la colección Biblioteca Mexicana, recopilatorios y estilísticamente distintos entre los colaboradores, éste volumen se deja leer de principio a fin como un sólo discurso.

“No es un manual de preceptos morales para definir a un ciudadano, sino un panorama del concepto desde diferentes ángulos de las humanidades”, afirmó el profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Comentó que el libro establece temas como el vínculo indisoluble entre Estado y ciudadanía, ya que “la calidad del Estado depende de la calidad de los ciudadanos, y la calidad de los ciudadanos depende de la calidad de su Estado”.

Explicó que varios autores de este libro retoman el concepto de “derecho a tener derechos”, de  Hannah Arendt.

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