La lucha entre el bien y el mal, ambientada a unas horas del nacimiento del niño Jesús, ocupó los áreas verdes del Centro Nacional de las Artes (Cenart) en la Ciudad de México, durante la tarde del viernes, cuando un grupo de pastores, Luzbel, el pecado y un ángel, compartieron el escenario en la pastorela mexicana El contrario Luzbel. Homenaje a Alejandro Aura.

Aproximadamente 300 personas, muchas de ellas niñas y niños, presenciaron la representación que durante 30 años dirigió y actuó el poeta y dramaturgo mexicano fallecido en 2008.

El trabajo, que es una obra de autor anónimo del siglo XV, es también una de las pastorelas que más se representaban en la Nueva España. Actualmente es rescatada y actualizada por familiares, discípulos y amigos de Alejandro Aura, como su hija María Aura, Perico el Payaso Loco y Marianna Burelli.

Desde el inicio de la representación se creó un ambiente especial entre los espectadores que, sorprendidos, se quedaron inmóviles en las secciones de pasto que habían elegido para descansar cuando una procesión de nueve personas con trajes de frailes encapuchados caminaron entre los asistentes cantando la letanía Ora pro nobis (Ora por nosotros).

El ambiente de solemnidad y silencio se apoderó del extremo noroeste de los jardines del Cenart, mientras los peregrinos se desplazaron en fila por una vereda imaginaria donde las rectas y curvas eran determinadas por los grupos de personas sentados en el pasto, carriolas, abuelos en sillas portátiles y parejas jóvenes sentadas y abrazadas.

Al subir al escenario, diseñado con pacas de paja y unos borregos de cartón, los miembros de la procesión terminaron sus cantos y salieron de escena para después regresar sin la ropa de fraile y en una circunstancia diferente: son seis pastores amarrados por dos personajes que los tienen cautivos y los arrean como ganado: el diablo y el pecado.

Con esa formación, amarrados, cruzan el escenario y desaparecen hasta que Luzbel vuelve al escenario y habla solo, como si estuviera en un púlpito solitario. Añora regresar al cielo pero su autoestima, o su soberbia, es tan grande que se niega a adorar a ningún Jehova, aunque cada vez que escucha música celestial el corazón se le parte y se acongoja hasta reconocer que extraña lo celestial, pues también proviene del cielo.

“¡Yo también canté, cuando fui estrella! Celeste morador del alto cielo, fui yo alguna vez”, dice un Luzbel femenino, elegantemente vestido de traje negro, camisa blanca y capa roja, con cuernos, por supuesto.  Después llama a su aliado, el Pecado, que vestido con falda y capa verde bosque y mallas color verde manzana ha quedado con joroba por sus altas cargas de trabajo. Con un pequeño saco de polvo que arroja a las personas dice: “He ido por donde quiera emponzoñando el alma”.

Así urden Luzbel y el Pecado un plan para robar el alma de los pastores inocentes que quieren para ellos y no para que adoren al niño Dios que está por nacer.

“¡Haciendo que el mundo me adore como a Dios, el triunfo es mío!”, grita entre carcajadas Luzbel, mientras deja el espacio a los pastores que, poco a poco y en situaciones diferentes, caerán frente a las diferentes tentaciones que diablo y pecado les ponen enfrente: la gula, la vanidad, la codicia, la avaricia, la mentira, la ira. Es difícil no caer ante los grandes discursos, tan racionales como exagerados, con los que el diablo, quien se identifica como “un extranjero”, los hará caer.

Flora, Bras, Gila, Bato, Elisa y el viejo pastor van cayendo hasta que llega un ángel a su rescate y a conducirlos hacia el pesebre más conocido en estas épocas, donde cada uno presenta ofrendas.

Atentos y sin moverse, los visitantes interrumpen con aplausos la obra en tres ocasiones. Lo mismo cuando el diablo va ganando, que cuando va perdiendo. Después de todo, en la obra el personaje con más peso sigue siendo el atormentado, pero canijo, Luzbel.

En el elenco participan (El Diablo) María Aura, (El Pecado) Perico El Payaso Loco, (Bato) Mario Pérez de Alba, (Bras) Simón Guevara, (Fileno) Luis Mercado, (Gila) Marianna Burelli,  (Flora) Elba Jiménez,  (Felisa) Ana Paula Meza / Alejandra Urdiain y (El Arcángel) Camilo Beristáin.

Al final, juntos, actores y espectadores, cantaron letanías para pedir posada, rompieron una piñata y disfrutaron de tamales y ponche, todo esto dentro de las actividades del Segundo Festival Luces de Invierno. 

Una segunda función de El contrario Luzbel. Homenaje a Alejandro Aura se presentará esta sábado 20 de diciembre, a las 16:00 horas, en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes, Río Churubusco 79, esquina con calzada de Tlalpan, colonia Country Club.

Información: ACB

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