La esquela y la necrología fueron los temas que abordó el doctor en historia del arte Iván Ruiz, dentro del Coloquio internacional Las tres eras de la imagen. Actualidad y perspectiva en los estudios visuales, para hablar de las representaciones de la violencia.

En su conferencia Esquelas y necrologías visuales: otros modos de activar la violencia, el investigador, quien con una beca del Fonca concluyó un libro de ensayos sobre el influjo del narcotráfico en la fotografía y otras artes visuales, señaló que las imágenes de la violencia es un tema que se recrudece constantemente y que le parece de reflexión necesaria.

“Trato este tema porque concluí un libro de ensayo sobre fotografía y narcotráfico, específicamente sobre cómo el medio o el campo fotoperiodístico remodeló sus condiciones mediales en torno al lenguaje, a partir de los efectos de la guerra contra el crimen organizado”, apuntó.

Iván Ruiz, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México en el área de arte contemporáneo, explicó a los presentes en el auditorio de la Biblioteca Vasconcelos que retomó el tema de la violencia para revisar de manera crítica el archivo visual de la violencia, en el México contemporáneo.

“Me interesó comprender cómo cierta clase de imágenes generalmente derivadas de la esfera artística o asociadas de ella son producto de la mentalidad de una violencia de las cual es difícil sustraerse, sin que ello suponga su adhesión a la iconografía tremebunda que predomina en la fabricación y circulación de las mismas”.

En su charla, Iván Ruiz presentó piezas y proyectos con el rasgo de operar con materiales emanados de la violencia, como la publicación de esquelas por el fallecimiento de Mónica Pretelini.

“Durante tres días personajes de la política, la industria privada, familias de ilustre apellido e instancias del país, enviaron condolencias. El artista mexicano Diego Berruecos recolectó 642 esquelas dedicadas a la señora, todas extraídas de diarios de circulación local y nacional”, refirió.

Con  estas esquelas, Diego Berruecos hizo un muro lápida creándose, dijo, un extraño retrato de Mónica Pretelini, pues se trató de un retrato sin rostro, una figura desfigurada. “El hecho de que Berruecos construya un retrato sin rostro a partir de esquelas e interacción del nombre es sugerente, porque marca un contrapunto en la iconografía”.

Iván Ruiz expuso que la violencia actúa como depredadora de las imágenes, es a  eso que se debe que “la iconografía contemporánea de la violencia esté coronado de efectos hiperbólicos derivados de la demostración directa de cadáveres que ha dejado a su paso la guerra contra el narcotráfico en diferentes puntos del país, imágenes que buscan excitar la mirada ya sea para producir repudio y negación o bien para incentivar lo que María Teresa Uribe denominó una saturación vouyerista del horror”.

Puntualizó en que las necrologías visuales se instalan en el dilema entre saber y ver, entre el reconocimiento de una violencia que raya los límites de lo inimaginable y la perplejidad frente a una perversión corporal que aunque no se quiera ver “nos mira, concierne y constituye”.

El Coloquio internacional Las tres eras de la imagen. Actualidad y perspectiva en los estudios visuales, organizado por el Centro de la Imagen, y 17, Instituto de Estudios Críticos puede seguirse vía streaming en la dirección: http://centrodelaimagen.conaculta.gob.mx/centr-de-la-imagen/educacion/3eras.html.

Información: DAF

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