Un total de 10 cuentos de corte realista, donde el escritor Jaime Muñoz Vargas aborda pequeños dramas humanos de la vida cotidiana integran el libro Ojos en la sombra, publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), dentro de la colección El Guardagujas de la Dirección General de Publicaciones.

En entrevista con el Conaculta, el autor precisó que se trata de ficciones escritas entre 2000 y 2005, la época más productiva de su trabajo como escritor de cuentos, cuando salieron a la luz cinco libros de este género, uno de ellos Ojos en la sombra.

Aunque en una primera edición el volumen fue publicado en 2007 por la Universidad Autónoma de Coahuila, ocho años después regresa editado por el Conaculta, “un privilegio que agradezco”, señaló el escritor oriundo de Gómez Palacio, Durango, pero radicado en Torreón, ya que así el libro tendrá una mayor difusión y circulación, pues se encuentra disponible en las librerías Educal de todo el país.

En Ojos en la sombra, dijo, el lector “va a encontrar en principio 10 cuentos, más o menos largos, en promedio de 10 a 15 páginas cada uno, todos de corte realista, pero no necesariamente son calcas de la realidad. A fin de cuentas son ficciones, criaturas que he inventado a partir de ciertas pistas o datos obtenidos de mi propia experiencia, son relatos vinculados con el entorno en el que vivo, la Comarca Lagunera, aunque tiene un último apartado donde relato experiencias de personajes inventados, laguneros, pero relacionados con un entorno ajeno, Argentina y Chile”.

El libro lo mismo tiene como protagonistas a escritores frustrados, investigadores despedidos y filósofos obsesionados, que a un boxeador sumido en la pobreza, un turista asaltado en Buenos Aires o un estudiante de secundaria fascinado con el último discurso del presidente chileno Salvador Allende.

Para este volumen el escritor seleccionó deliberadamente personajes relacionados con las letras, ya que es el “mundillo” en el que ha trabajado toda su vida, por lo que “he captado pequeños detalles de la vida intelectual de mi región, donde ubico mis textos y puedo narrar con cierta autoridad cómo se comportan esos personajes, cómo son los editores, cómo son los escritores, los poetas, cómo se dan nuestras pequeñas mezquindades, nuestras envidias, cómo disfrutamos nuestros pequeños triunfos y cómo también nos metemos zancadillas”.

Sin embargo, Jaime Muñoz aclaró que no se trata de cuentos autobiográficos. “Quien lea Ojos en la sombrano va a encontrar lo que me pasó a mí, sino pizcas modificadas de acuerdo con la intención, al contexto de la historia que estoy inventando”, pues más que su propia experiencia, el autor ha buscado que sean textos “persuasivos, que convenzan al lector que se trata de piezas literarias, entretenidas, quizá críticas y hasta cierto grado también humorísticas”.

Escritos con un lenguaje coloquial, de prosa fluida, el autor señaló que “cualquier lector más o menos avezado, con una instrucción mínima, puede acceder a mis relatos sin grandes complicaciones”, a diferencia de lo que pasaba anteriormente, pues cuando empezó a escribir, en 1989, sus obras tenían un estilo barroco.

“Pensaba que ser retorcido y hacer una literatura llena de vericuetos retóricos era lo mejor y después me di cuenta que no, que escribir buena literatura no necesariamente tiene que ver con un torrencial flujo de palabras novedosas o no usadas. Ahora escribo de una manera más directa, pero sin perder cierto toque literario”.

En los cuentos que integran Ojos en la sombra, Jaime Muñoz presenta pequeños dramas humanos de la vida cotidiana. “Por ejemplo, planteo la situación que tiene que ver con el desempleo, el hecho de ser botado de un trabajo que siempre nos crea angustia a los seres humanos, hablo del amor no correspondido que es un tema universal, hablo de la envidia literaria, cuando un escritor siente que no tiene el talento, la capacidad y ve a un compañero de generación que avanza y avanza y publica y gana concursos, cómo se va creando un monstruo dentro del personaje que es incompetente”, marcado por la envidia y el odio.

El escritor, quien tiene en su haber tres novelas, poemarios, libros de periodismo y cuentos, destacó que este último es un género que le atrae, por lo desafiante que es en términos de estructura, ya que, dijo, no se trata simplemente de un relato o instantánea de la vida cotidiana.

Como decía Ricardo Piglia, explicó Muñoz Vargas, el cuento “no narra una sola historia, un buen cuento, un cuento clásico, cuenta dos historias: la historia A, la que va fluyendo en la superficie, la que lee el lector, pero un cuentista malicioso logra intercalar en esa una historia B, que fluye por abajo del agua, ciertos datos, ciertos elementos, van asomando a la superficie, es decir a la historia A, y al final el lector tiene que ser convencido de una manera sorpresiva y eficaz, en el sentido que se trata de una historia perfectamente imbricada”.

Aunque parece sencillo, el escritor aseguró que el cuento exige que el autor planee muy bien las cosas, “que diseñe una especie de croquis de lo que quiere contar y que gobierne perfectamente la historia, no es algo que se escribe de manera espontánea, requiere que el escritor esté muy consciente de lo que va a plantear, porque es una especie de mecano narrativo o de construcción, que debe ser eficaz en todos los sentidos, por eso mismo me atrae, por lo desafiante”.

En su caso, dijo, “siempre que escribo un cuento, planeo muy bien hacia dónde va a fluir la historia, cómo la voy a ir articulando y sobre todo, lo más importante, cómo la voy a resolver, cuál va a ser el mazazo final para el lector, de tal manera que lea en 20 minutos o media hora, una historia que lo estremezca, que lo conmueva, que lo sorprenda y no nada más que lo deleite o lo haga pasar un buen ratito, busco que sea mucho muy eficaz, que sea muy convincente”.

A pesar de esto, en el mundo editorial el cuento es desdeñado, pues la novela es la que tiene los reflectores y la narrativa breve es vista como “una hermanita menor, que está allí, siempre fluyendo al margen, en la periferia de los géneros literarios”, por ello Jaime Muñoz celebró la apuesta del Conaculta para publicar su libro de cuentos Ojos en la sombra.

El volumen ya fue presentado en la Feria Internacional del Libro en Arteaga, Coahuila, y en agosto hará lo propio en la Feria Universitaria del Libro en Hidalgo. También estará presente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y su autor espera hacer una presentación más en la Comarca Lagunera. Mientras tanto,Ojos en la sombra ya se encuentra a la venta en la red de librerías Educal.

 

Información: AGB

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