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Los mexicanos tenemos la arquitectura en la sangre: Víctor Legorreta

11 de julio de 2013

•    El arquitecto ofrecerá en el marco del London MexFest una conferencia para hablar de los proyectos que ha emprendido en los año recientes, así como la transformación de la arquitectura mexicana en la ciudad de México

El próximo domingo 14 de julio, el arquitecto Víctor Legorreta ofrecerá una conferencia en el marco del London MexFest en la que hablará del panorama de la arquitectura mexicana, así como de los proyectos más emblemáticos que el despacho Legorreta ha realizado a lo largo de los años.

Entrevistado en la oficina que perteneciera a su padre, construida con  los elementos más conocidos del estilo Legorreta: techos altos, aplanado artesanal de muros y los colores blanco y rosa mexicano, Víctor Legorreta se mostró muy entusiasmado de que en el London MexFest se incluya por primera vez a la arquitectura como uno de los elementos protagónicos de las expresiones y la cultura mexicana.

—¿Nos puede dar un panorama de lo que va a presentar en la conferencia en Londres?

—La idea es mostrar algunas de las obras que nuestro despacho ha trabajado fuera de México con el fin de dar a conocer al mundo una arquitectura que tenga raíces mexicanas pero que a la vez esté inscrita en lo internacional y pueda competir de forma global.

—¿Han sido también un reto para los arquitectos los cambios que genera la globalización?

—Por supuesto, y es un reto para todos los mexicanos, la globalización es un hecho, hay muchos arquitectos mexicanos trabajando fuera, pero cada vez van a haber más arquitectos extranjeros trabajando en México, entonces es importante ver cómo poder globalizarnos sin perder nuestras raíces y nuestra identidad.  

—Sin embargo es un hecho que el despacho Legorreta ha puesto la arquitectura en México en niveles muy altos e incluso ha creado influencias en el extranjero.

—Nos llena de orgullo cuando nos llaman, qué gusto que haya interés por la arquitectura mexicana en otros países. Y para nosotros ha sido una gran enseñanza, porque se aprende muchísimo al trabajar con otra cultura, no somos de la filosofía de imponer, de trabajar un edificio que hicimos en México y lo trasladas allá, sino de la filosofía de entender el lugar en el que trabajamos y su cultura, para hacer con ello una mezcla con la nuestra para que se enriquecen las dos partes. Eso nos hace valorar lo que tenemos, lo valiosa que es la cultura mexicana y en particular la arquitectura mexicana. Hay muchas cosas que aquí ya damos por hecho y que muchas veces se menosprecian y cuando trabajas fuera ves que es lo que muchas veces los extranjeros valoran de México.

—Entonces la conferencia será un recorrido también por la influencia arquitectónica Legorreta.

—Esa es la idea, platicar de los proyectos en los últimos años tanto en México como en el sur Estados Unidos, en el Medio Oriente y algunos en América Latina, es platicar nuestra experiencia, y luego, para terminar la conferencia, como se llama MexFest y es en Londres,  la idea es platicar la experiencia que tuvimos en la torre de Bancomer, para la que nos asociamos con Richard Rodgers, que es uno de los despachos líderes de Inglaterra y del mundo y con el que se ha dado una colaboración increíble, es un ejemplo ideal del intercambio cultural de ambos países.

—¿Cómo se dio este proyecto, cómo comenzó esta colaboración?

—Fue curioso porque teníamos una amistad de muchos años, él se enamoró de México y empezó a venir todos los diciembres por los últimos 20 años, siempre hablábamos de buscar una oportunidad de trabajar juntos y cuando nos invitó el banco a concursar, invitó a seis o siete arquitectos entre ellos Rodgers y nosotros, y nos presentamos juntos, el banco estuvo de acuerdo y fundamos una compañía que se llama Legorodgers. Ha sido una experiencia fenomenal porque muchas veces te asocias entre dos arquitectos y uno hace más la parte técnica y otro la de diseño, pero en este caso fue una sociedad de dos despachos de diseño con una filosofía parecida pero una expresión diferente, salió una mezcla arquitectónica muy interesante.

—¿Nos podría hablar también de los otros proyectos y obras?

—Pensamos enseñar unos proyectos del Medio Oriente, hicimos varias universidades en Qatar, en Doha, que es un proyecto que se llama Education City y fueron trayendo universidades de todo el mundo y varios arquitectos importantes han trabajado allí. Nosotros hicimos la Escuela de Diplomacia con Georgetown University, de Negocios con Carnegie Mellon y la de Ingeniería con Texas A&M y el Centro Estudiantil.

—¿Qué retos enfrenta al adaptar su visión a otras culturas?

—Muchos, desde el punto de vista arquitectónico, ¿cómo haces una universidad que se adapte al mundo árabe?, pero que también tenga la parte tradicional nuestra, es decir, de México. Vamos a mostrar también en la conferencia algunos proyectos que hemos terminado como el del Museo del Laberinto y queremos enseñar algunas casas habitación que es un tema que nunca hemos querido dejar, que no es el mejor negocio para un arquitecto porque consume mucho tiempo, pero es donde sigues estudiando el detalle y nos ha servido mucho trabajar en una escala chica, pasar de estar diseñando el closet o el baño de un cliente y pasar al plan maestro de una universidad, eso es muy sano. Sentimos que es importante enseñar en Inglaterra cómo está evolucionando la Ciudad de México, cómo se está transformando en una ciudad más densa, más peatonal.

—¿Cómo ha visto el desarrollo de la arquitectura mexicana en las ultimas décadas, como un puente de promoción cultural en el extranjero?

—Somos un país de arquitectos, a la gente le gusta la arquitectura, seas arquitecto o no. En todas las reuniones te acaban preguntando qué estás haciendo y te comentan: ¡ya vi el edificio que terminaste no sé dónde, y la casa de fulanito me gustó, y me gustó este detalle! La parte plástica y artística está en México y está en nuestra sangre y es una cualidad que ha provocado que siempre hayan buenos arquitectos, y ahora hay una generación muy fuerte, creo que yo soy el más viejo, hay arquitectos que están haciendo cosas muy interesantes, y con la situación económica en México, que está creciendo, es una oportunidad para volvernos líderes en arquitectura.

—Y ¿qué retos siguen pendientes?

—El reto es no caer en la moda, estamos viviendo en una época que va muy rápido y tenemos mucha información. Abres una página de internet y te enteras en un segundo lo que están haciendo en Dubai, en Japón y la tendencia es caer en la moda. Aparece un techo novedoso y todo el mundo está haciendo el mismo techo, y el reto es ser originales pero con raíces mexicanas, podemos hacer arquitectura muy novedosa, muy contemporánea, pero también mexicana.

—Estas raíces, ¿en qué aspecto las incluyen los proyectos Legorreta, cómo se identifica el componente mexicano?

—Una característica muy especial nuestra es la parte humana, que significa que las personas se sientan a gusto y felices. Si estoy trabajando en un ambiente de oficinas, que me sienta bien, que me ayude a la convivencia, que me haga sentir a gusto, que me haga platicar con el de al lado, suena muy obvio, lógico, pero en otros países la arquitectura es más funcional, es un servicio, lo que cuenta es que te proteja del clima, la luz, y nada más y en México existe todavía esa parte humana, que resuelve necesidades emotivas, espirituales, la gente busca que la sorprendas, que no se vea todo desde el principio, ese es nuestro componente mexicano, la parte romántica, humana.

—Pero también hay elementos muy visibles

—En nuestro caso la identificas por el color, el uso de la luz natural, el uso de las texturas, que es muy mexicano, pero el fondo de la filosofía va más allá, hacia esa parte  humanista que no es una arquitectura racional totalmente, no responde a una teoría, sino es donde el ser humano es más feliz.

—¿Quizá por esto una casa Legorreta adquiere también un valor de obra artística?, como las casas de Juan O. Gorman, ¿hay una firma y un estilo que se convierten en un valor agregado a la piedra y al metal?

—El arte es esencial en nuestras vidas, sin arte es muy difícil que el ser humano sea feliz, y lo bonito de la arquitectura es que el arte tú lo vivas, si mi casa es una obra de arte, ahí vivo, ahí duermo, ahí como, estoy con mis hijos, invito a mis amigos, no tienes que ir a una sala de conciertos o a un museo para apreciarlo y el arquitecto es el que debe hacer que vivamos alrededor del arte y se debe volver una pieza de arte en sí. Ahora está cambiando, antes la gente decía: invierto en un cuadro o en escultura porque lo puedo vender, y la arquitectura, decían, no, creo que ahora la gente se ha dado cuenta que una obra de arquitectura te influye muchísimo en tu vida, en que seas más feliz en tu vida.

—El hecho de que en México haya tanta mezcla de arquitecturas, está lo viejo, lo nuevo, ¿se podría crear un referente sobre lo que es nuestra arquitectura?

—Ha habido muchos movimientos sobre lo que era una teoría, un estilo, una forma de arquitectura dominante, se decía que era el modernismo, después el postmodernismo, el deconstructivismo, ahora hay más libertad y eso es sano porque es difícil decir que toda la arquitectura que se está haciendo en México siga la corriente de Legorreta o de González de León o de Serrano, hay muchos caminos, es apasionante en México y como debe ser. En MexFest es una probadita. Pensamos hablar también mucho de la ciudad, de cómo está evolucionando.

—En este sentido, ¿hay experiencias que podrían beneficiar a la ciudad de México?

—Una de las experiencias de Richard Rodgers ha sido la de hacer a Londres más peatonal, ha sido asesor del alcalde de Londres muchos años, y ha estado peleando para que no hagan más infraestructura para coches, está haciendo más espacios públicos, más transporte público, está haciendo por ejemplo una torre del tamaño de Bancomer y tiene sólo tres cajones de estacionamiento, para la ambulancia, los bomberos y seguridad. Ves la Roma, la Condesa, Polanco, Reforma, el Centro Histórico, está volviendo a ser México una ciudad peatonal y me gustaría tratar ese punto en la conferencia y que los extranjeros vean esa transformación.

—¿Hay muchos esfuerzos de los cuales hablar en este sentido?

—Sí, hay muchos cambios, hace 10 años, todos los edificios estaban en Santa Fe, en el sur, pero ya no se construyen en Reforma espacios públicos. La calle de Madero que se cerró ha sido un exitazo, hubieron quejas de los comerciantes, diciendo que iban a quebrar, y ahora están felices. Eso se está viendo y es importante venderlo en el buen sentido, porque somos muy malos para proyectar la imagen al exterior, nos encanta hablar del tráfico y la contaminación y del desastre, por eso es importante que los arquitectos llevemos la imagen de lo que se está haciendo bien.

—¿Qué proyecto a gran escala sería viable en la Ciudad de México?

—Yo no soy partidario de planes demasiado ambiciosos, las ciudades van cambiando poco a poco y las vamos cambiando nosotros, con proyectos detonadores. A veces se hace un proyecto muy soñador y muy utópico y se queda en el papel, hemos visto varios proyectos de ese tipo en la Ciudad de México que no funcionan. Lo que me gustaría ver ahora es que hay muchas zonas subutilizadas en la ciudad de México que tienen todo para recuperarse, por ejemplo nos pidieron un edificio de viviendas en Lindavista que unas avenidas buenísimas, tiene Metro, Metrobús, está cerquita a toda la ciudad, pero de repente tiene terrenos baldíos y  unas bodegas que no deberían estar allí y así como esa tienes zonas de la ciudad que se pueden convertir en centros urbanos, una ciudad del tamaño de Ciudad de México no puede tener un solo centro, tienen que ser varios centros que se vayan recuperando.

—¿Qué consejo le daría a un arquitecto que empiece o a un estudiante de arquitectura, un consejo que quizá usted mismo escuchó de su mejor maestro, su padre el arquitecto Ricardo Legorreta?

—Lo que más le aprendí a mi papá fue la pasión por la arquitectura y por la vida, creo que mi papá fue un ejemplo de eso, él fue apasionado de todo lo que hacía y eso es lo que necesitas para ser un buen arquitecto, cuando tienes pasión te va bien. Mi papá de hecho cuenta en una de sus anécdotas, que una de sus primeras obras grandes ya independiente fue la fábrica de Automeds y se la dieron porque le remodeló unos baños al director de la planta. Lo importante es eso, ser muy apasionados y saber que es una profesión que no tiene límites, puedes seguir trabajando toda la vida, puedes encontrarle solución a una casa, y le vas dando vueltas, la vuelves a corregir, y luego vas a la casa ya construida y se te ocurren ideas que debías haber hecho mejor y eso es apasionante… eso es la arquitectura.

HBL

México,Distrito Federal