Forma parte de las instalaciones del monasterio de Santo Domingo de Guzmán, construido a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Conservó esa función hasta el siglo XIX al ser vendido a particulares. Hacia 1882, fue adquirido y adaptado por la familia Bello como casa-habitación, uso que mantuvo hasta 1968, año en que murió el señor José Luis Bello y Zetina, quien dispuso en su testamento que el inmueble fuera destinado a museo. La inauguración de éste se llevó a cabo el 16 de abril de 1972. Resguarda un acervo de más de 1200 piezas entre pinturas, esculturas, muebles y objetos provenientes de México, Asia y Europa, exhibidas con un concepto museográfico de la señora Guadalupe Bedolla Saldaña. Entre las obras de arte destacan pinturas de artistas como Bartolomé Esteban Murillo, Francisco Girardón, Miguel Cabrera y José Agustín Arrieta. Sus 10 salas permanentes dan cuenta de la tendencia que la alta sociedad poblana del siglo XIX tenía por adquirir objetos de arte, en especial de Francia. Ofrece servicio de visitas guiadas.