Es considerado uno de los ejemplares más sobresalientes del estilo barroco de la arquitectura virreinal del siglo XVIII. Para su construcción se usaron materiales propios de la época como el tezontle y la cantera, constituyéndose como la única residencia particular de cuatro pisos en la Nueva España del siglo XVIII.

Esta casa es una de las más elevadas muestras de arquitectura mexicana del siglo XVIII, hacia 1779 dio inició su construcción a cargo del arquitecto novohispano Francisco de Guerrero y Torres, principal exponente de la arquitectura dieciochesca. En 1931 fue declarado Monumento Nacional; en 1964 la adquirió y restauró el Banco Nacional de México y desde 1971 es sede de Fomento Cultural Banamex.