Carlos Moncada Ochoa, más de medio siglo en el oficio periodÃstico y la literatura
Comunicado No. 35/2010
08 de enero de 2010 ***Comparte algunas reflexiones sobre su oficio como periodista, escritor y docente
Es el maestro Carlos Moncada Ochoa (Ciudad Obregón, Sonora, 1934), quien a sus 75 años de edad sigo transmitiendo su profunda emoción de seguir ejerciendo el periodismo, entrega que le ha valido grandes satisfacciones como el haber recibido este año apoyo del Programa de EstÃmulo a la Creación y al Desarrollo ArtÃstico (PECDA) Sonora como un digno creador emérito de la región.
VÃa telefónica desde Sonora, Moncada comparte en entrevista algunas reflexiones de lo que ha significado para él dedicar su vida a esta profesión, en especial dentro de la fuente polÃtica. Asimismo, su amor por la literatura y su trabajo como académico en diversas instituciones.
Ha cosechado gran cantidad de frutos. Desde aquellos años cuando afloró en él el gusto por la literatura, justamente cuando cursaba la secundaria, asà como su gusto por el periodismo, que se dio cuando su entonces profesor de literatura Bartolomé Delgado de León lo invitó a ser corrector de pruebas en El Diario del Yaqui.
Ha trabajado también en El Sonorense, la Revista de la Universidad de Sonora, El Imparcial, El Regional y como director del Instituto Sonorense de Cultura. Asimismo ha publicado en diarios nacionales como Excélsior, Novedades, La Prensa y unomásuno.
Moncada habló sobre sus inicios en el periodismo. “En realidad creo que el periodismo fue el que me escogió a mÃ. En 1952 terminé mi preparatoria y pensé que la carrera que se relacionaba con la literatura era derecho, cuando es absurdo. Mis padres me mandaron a estudiar leyes a la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estuve casi un año, pero cuando regresé a Ciudad Obregón mi profesor de literatura me buscó para ofrecerme el puesto de corrector de pruebas. Fue esa cualidad de saber quitar o poner comas lo que me llevó al periodismo”.
Moncada Ochoa considera que esa necesidad de conocer de manera más profunda a las personas contribuyó a que poco a poco fuera creciendo su interés por el periodismo. Esto, sumado a su pasión por la literatura, le permitió hacer una fusión de actividades que fortalecieron su quehacer en el mundo de la información y la literatura.
“Me fui infiltrando poco a poco, robándome los boletos de cortesÃa para conciertos que se hacÃan en Ciudad Obregón. Me los robaba porque el Patronato de Bellas Artes los dejaba ahà y nadie se interesaba por ellos. Asà que me fue empapando de varias artes, como la música. Tengo la chifladura por la ópera, incluso tengo una buena colección de óperas. Luego seguà con la literatura, en fin, de pronto ya me di cuenta que estaba inmerso en este medio, reporteando cuestiones culturales”.
El autor de libros como Dos siglos de periodismo en Sonora, Periodistas asesinados y El Quijote de la Revolución. Vida y obra de Adolfo Huerta, señala que muchas son las cosas que le han inquietado y por ende estudiado, como la historia misma. Esto le ha generado una imagen especÃfica.
“Creo que un problema es que no me he especializado en nada pero sé un poco de todo, por eso me ven con un poco de desconfianza, pero el interés por la gente me metió mucho a la cuestión periodÃstica”.
Si hay algo que tiene que agradecerle el periodista sonorense a esta carrera es la posibilidad de conocer mundos infinitos con el simple hecho de conversar con los otros, aún con sus adversidades: “El periodismo te ofrece una libertad, aunque quizá un tanto falsa porque es una especie de esclavitud porque tienes que estar disponible constantemente, pero el ir de un lado a otro, de entrevistar a uno y entrevistar a otro, te da la impresión de que todo mundo te pertenece”.
“Ha valido y vale la pena. Nunca he dejado de colaborar en los periódicos. Por fortuna he podido ganar también con mis conocimientos jurÃdicos, que de cuando en cuando solicitan. Pero la verdad he vivido tranquilo, como no tengo grandes ambiciones más que comprar discos, libros y vino no he requerido cosas del otro mundo”.
Al preguntarle cuál serÃa el secreto para no perder el entusiasmo de salir a buscar la nota luego de más de 50 años de trabajo, el escritor considera que no lo hay, simplemente es un gusto que él adquirió desde muy joven y no se arrepiente.
Hace dos años Moncada Ochoa dejó de dar clases. Sin embargo, tiene muy clara una filosofÃa que comparte con colegas, y es que leen mucho, porque un buen escritor es un buen lector.
Finalmente, el periodista compartió dos proyectos en los que está trabajando en este momento. Uno de ellos está relacionado con su vasta colección de periódicos antiguos sonorenses y nacionales, ya que los donará a la Universidad de Sonora para que se monte el Salón del Periodismo Sonorense.
El otro proyecto es un diccionario histórico y biográfico de la Universidad de Sonora donde vendrán los nombres de los grandes maestros y personalidades en general que han favorecido a esta casa de estudios desde su fundación en 1938.
México / Sonora