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Durango: Dos rutas misionales Guías del Patrimonio Cultural y Turismo
DURANGO:
DOS RUTAS MISIONALES
PATRIMONIO MISIONAL EN EL SUR DE NUEVA VIZCAYA
RUTA DE MISIONES FRANCISCANAS
RUTA DE MISIONES JESUITAS
PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL EN LAS RUTAS DE DURANGO
GASTRONOMÍA
TRADICIONES
LEYENDAS, RECUERDOSY CUENTOS
RUTA DE MISIONES FRANCISCANAS

El primer fraile en llegar a los territorios que formarían la Nueva Vizcaya fue el franciscano Juan de Tapia en 1556. Tapia atravesó la Sierra Madre desde Acaponeta y llegó al Valle de Pánamo, al que llamó San Francisco, que corresponde al Valle de Guadiana. Allí permaneció un mes y bautizó a numerosos tepehuanes y guaxipaches, para continuar después hacia Sinaloa.

Una vez concluida su visita por la ciudad de Durango lo invitamos a iniciar su recorrido por las misiones franciscanas. La primera población es Canatlán, la cual se encuentra a 60 km de distancia. Tiempo de recorrido: 40 minutos.

                                   

CANATLÁN

Canatlán significó para los conquistadores el paso entre Topia, San Juan del Río y Durango. Del cuartel de Francisco de Ibarra partieron las expediciones que fundaron los primeros establecimientos subordinados a la Corona española.
La actividad misional en los alrededores de la actual ciudad de Cana-tlán, se presenta cuando el jesuita Jerónimo Ramírez empezó a cristianizar en La Sauceda (situada al sureste de Canatlán) en 1596. Sin embargo, las condiciones inestables de la región no permitieron que el intento de la Compañía fructificara. No obstante mantuvo el interés por parte de los franciscanos, que fundaron la misión de San Diego de Alcalá de Canatlán en 1620.

PATRIMONIO CULTURAL

Canatlán se comunicaba con las misiones de Santiago Papasquiario y Santa Catarina de Tepehuanes, mismas que proseguían una ruta hacia la sierra. Además, era considerada como la puerta de entrada de la región Tepehuana. Es importante decir que no existe en la actualidad ninguna edificación misional, sin embargo, entre las construcciones de la región sobresalen la ex hacienda de La Sauceda y el Templo del Divino Pastor, que datan del siglo XVIII. Aunque el templo presenta algunas modificaciones, el manejo de cantería de su portada y torre son de extraordinaria calidad.

Desde 1950 se celebra, del 12 al 16 de septiembre, la Feria de la Manzana en Canatlán y el 1 de marzo se venera al Divino Pastor, con una serie
de danzas y procesiones, en una de las fiestas más representativas del municipio.
Entre las artesanías de Canatlán se encuentra la “cerámica listada de rojo”, que data del año 1100 de nuestra era, con franjas rojas sobre ollas de color moreno y otros objetos decorativos.

                         

SAN JUAN DEL RÍO

San Juan del Río es el poblado y cabecera del municipio del mismo nombre, constituido como partido (conjunto de los pueblos de las visitas misionales) en 1824. Este lugar fue descubierto por el capitán Francisco de Ibarra desde 1555 y fue uno de los primeros asentamientos de los españoles en Durango por la fertilidad de sus tierras y la cercanía del mineral de Avino.

El relevante papel de San Juan del Río en El Camino Real de Tierra Adentro consiste en que fue el epicentro de la colonización, pero no sólo de la entidad, sino en todo el norte de México, debido a que desde este sitio partió Francisco de Ibarra para fundar la capital de la Nueva Vizcaya en la segunda mitad del siglo XVI. También es la base desde donde salió Juan de Oñate para emprender la conquista del territorio de Nuevo México en 1598.

Los frailes franciscanos establecieron un convento en la población en 1572. El templo de San Francisco es la única construcción misional del poblado, que fue edificado en el primer tercio del siglo XVIII, en donde destaca su fachada principal y en su interior presenta la portada del claustro, que resalta el escudo de la orden. Entre las construcciones relevantes de la ciudad sobresalen el templo de los Remedios (edificación del siglo XVIII), el Palacio Municipal y el Santuario de Guadalupe que data del año 1897. Por otra parte, se sugiere visitar el poblado de Menores de Abajo, situado a 20 minutos al norte de San Juan del Río, donde hay una antigua hacienda que integra el templo de San Miguel Arcángel construido en 1764.
El visitante podrá encontrar en este poblado la casa (hoy museo) en que naciera el general Francisco Villa, conocida como “La Coyotada”.
Las fiestas regionales populares son del 8 al 12 de octubre, en donde se festeja la Feria de la Nuez, acompañada de un desfile de carros alegóricos, música, baile y exposición agrícola y artesanal. El 8 de septiembre se festeja a la Virgen de los Remedios con danza y juegos pirotécnicos.
Se puede visitar El Cañón de Catedral que se localiza al norte del municipio en la comunidad de Ignacio López Rayón. Se le da el nombre de “Catedral” debido a la silueta de sus picachos que semejan a las agujas de los templos góticos y cuya altura es de más de 100 metros.
En San Juan del Río se utiliza un traje típico para los bailes denominados “Cuadrillas”, que consta de una falda azul en capas, blusa blanca y rebozo.
En el municipio se elaboran costuras, tejidos y artesanías en maderas.

                        

CUENCAME

El antecedente de esta población es el convento franciscano de la Purísima Concepción de Cuencamé, fundado en 1583 por fray Jerónimo Panger.

Debido a la ausencia temporal de los franciscanos en el lugar, los jesuitas se dedicaron a cristianizar a los indios de la región, con el padre Jerónimo Ramírez en 1594, pero fue el padre Agustín de Espinoza quien en 1598 asentó a un grupo de indios en el lugar. En 1620 llegó a convertirse en el real de minas más importante de la Nueva Vizcaya, sin embargo, a partir del descubrimiento de las minas de Parral en 1630, se convirtió en un punto de confluencia de El Camino Real de Tierra Adentro, debido a que se origina una ruta de Zacatecas a Parral, sin necesidad de pasar por Durango.

PATRIMONIO CULTURAL

Los franciscanos establecieron el convento de la Purísima Concepción junto al real de minas de San Antonio de Cuencamé, sin embargo, solamente quedan restos de lo que fue la visita de Santiago, la cual constituye la única construcción misional. Entre las edificaciones relevantes del municipio sobresalen sus inmuebles religiosos como el Santuario de Guadalupe, el cual corresponde al antiguo convento, la capilla de Nuestra Señora de la Soledad y la parroquia de San Antonio de Padua. Este último, además de ser un valioso ejemplo de arquitectura del siglo XVIII, alberga el retablo dedicado al señor de Mapimí, imagen muy reverenciada en todo el septentrión novohispano (de la cual se proporciona información en el apartado de tradiciones).
En el municipio se elaboran objetos de ixtle o de fibra de lechuguilla, así como sillas hechas con hojas de tule. También se elaboran objetos
y prendas de piel.
De paso por este poblado se pueden saborear unas deliciosas gorditas de maíz rellenas de platillos tradicionales y queso asadero. De esta región es originario el sotol, bebida alcohólica que se prepara en la parte norte del municipio, además de la deliciosa barra de mermelada de higo.
El 6 de agosto se celebra la fiesta en honor al Señor de Mapimí en la cabecera municipal, con danzas de matachines, charreada, juegos pirotécnicos y feria. El 25 de julio se lleva a cabo la fiesta en honor al santo Santiago, acompañada con la danza de la pluma. El 8 de diciembre se celebra la fiesta en honor a la Purísima Concepción, acompañada de danzas, charreadas y feria.
En el lugar encontramos centros recreativos como Los Arcos (balneario) y El Socavón.

                        

 

NOMBRE DE DIOS

Alrededor de 1557, fray Jerónimo de Mendoza llegó hasta un lugar que llamó el Ojo de Agua de los Berros, cercano a Nombre de Dios, en donde según la tradición, celebró la primera misa en el territorio del actual estado de Durango. El fraile asentó en la región a indios zacatecos, siendo el antecedente de la misión de Nombre de Dios. Este poblado ejemplifica la esencia de la herencia de El Camino Real de Tierra Adentro, tanto por su historia y cultura, como por sus monumentos coloniales.
El primer asentamiento de indios zacatecos se cambió hacia un poblado nuevo llamado San Francisco del Malpais, junto al cual se estableció la villa española de Nombre de Dios. Esta villa fue oficialmente fundada en 1563. Sin embargo, la misión tuvo en su inicio la categoría de hospital, a la que más tarde le fue otorgado el rango de convento, llamado “San Francisco de Nombre de Dios”.

PATRIMONIO CULTURAL

Nombre de Dios tiene cinco templos coloniales: el convento de San Francisco, la capilla de Jesús Nazareno, el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, la parroquia de San Pedro Apóstol, y la ermita de la Purísima Concepción.
El convento de San Francisco (actualmente en ruinas), construido en el primer tercio del siglo XVIII, constituye la única edificación misional del lugar. Sin embargo, se pueden visitar otras construcciones religiosas del siglo XVIII, como la portada de la parroquia de San Pedro Apóstol y el tem-
plo de Jesús Nazareno. En este último, sobresalen las pinturas murales descubiertas recientemente. También se recomienda visitar la capilla de San Antonio de Padua de 1799, situada en Amado Nervo, a diez minutos de la región.
Las principales corrientes fluviales que penetran al municipio son los ríos del Tunal y Nombre de Dios; el primero tiene sus orígenes a unos cuantos kilómetros de la ciudad de Durango, y al internarse en el municipio forma una cascada que mide unos 30 metros de altura.
Cuenta con dos magníficos paseos campestres. El primero se localiza al oeste de la cabecera municipal y es conocido como paraje “Los Salones”, el cual posee manantiales y senderos; el segundo, localizado al norte y llamado “El Saltillo”, tiene una cascada y un pozo. En el río se practica la pesca de lobi-
na y carpa.
El municipio es conocido por la elaboración de cestos hechos con corteza de sauce, taray, cuero
de toro y carrizo. En la comida sobresalen sus originales dulces cristalizados, las gorditas de nata y de cuajada (frutas al horno) y las torrejas de calabaza. Entre sus bebidas encontramos al famoso mezcal (aguacatado y cenizo) y algunos vinos de mesa con membrillo, uva, granada, nogal, durazno y manzana.

                         

 

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